Comentábamos en un post anterior la realización de un programa especial grabado al día siguiente de la entrega de los premios Grammy [27 de enero] y que se emitió por la cadena CBS el 9 de febrero, en conmemoración de la primera emisión del Show de Ed Sullivan presentando a The Beatles en suelo norteamericano. Se trata del cincuentenario de la Beatlemanía en USA y del comienzo de lo que se llamó la British Invasion.
Hoy traemos nuestro comentario luego de haber podido ver el especial completo, gracias a que ya está disponible en la red. Dura casi dos horas que no tienen desperdicio y que son pleno disfrute. No solamente para beatlemaníacos o fans o admiradores o seguidores, sino como testimonio de una fenómeno cultural de enormes proporciones y de honda penetración.
El espectáculo fue alternando remembranzas de aquella edición del Ed Sullivan's Show por algunos de los protagonistas vivos, así como por McCartney y Starr, entrevistados por David Letterman, con muestras documentales de la locura en la calle y en las gradas del estudio de CBS, con paneos de los asistentes al espectáculo del presente y las actuaciones de los músicos que tributaron homenaje a The Beatles [a los vivos y a los ausentes]. Varios presentadores tuvieron a su cargo distintos segmentos, entre ellos Johnny Depp, Sean Penn, Eric Idle [de The Monty Python], Tom Hanks, etc. Hubo varios raccontos de la infancia de los cuatro Beatles hasta que los cuatro quedaron conformando la banda más famosa de la Historia. Fue muy agradable ver una Yoko Ono alegre que hasta se soltó a bailar en algún momento, con su hijo Sean Lennon mostrando un asombroso parecido con su padre a la misma edad. También se destacó la emocionada presencia de Olivia Arias, la viuda de George junto a Dhani Harrison, este tanto en la platea como en el escenario. También resulta interesante un conjunto de opiniones y recuerdos de varias señoras muy adultas y formales hoy, que aparecen en las imágenes de 1964 en el set de CBS, completamente desacatadas, cuando eran una jovencitas. Buena idea de la producción identificar a parte del público de entonces para darle una voz hoy.
Hay que destacar muy especialmente el impresionante despliegue de gráficos que se proyectaron en las pantallas de fondo del escenario, con partes documentales con fotos de época, con imágenes de valor icónico como las siluetas de Abbey Road o las de Help!, con composiciones muy imaginativas y creativas, como una recreación libre de la carátula de Sgt. Pepper, en la cual todos los personajes son The Beatles en diferentes épocas de su trayectoria.
Primerísimo nivel en asistentes, entorno, y el despliegue audiovisual. Pero primerísimo nivel también en las actuaciones musicales. Aquí nos detendremos un poco.
El primer número estuvo a cargo de Maroon 5, primero con All My Loving, tema que comenzó con imágenes de The Beatles en el Ed Sullivan's Show del 9 de febrero de 1964 y luego siguió con Maroon 5 enganchándose para completarla. Después continuaron haciendo Ticket To Ride. Prolijos, sobrios, muy apegados a las originales, con total solvencia resolvieron el comienzo.
En segundo lugar, un peso pesado de la música de los últimos 40 años, Stevie Wonder, muy recordado por sus canciones y discos, pero también por su participación a dúo con Paul McCartney en Ebony And Ivory, del álbum Tug Of War, de 1982. En la ocasión, Wonder realizó un tema que ya había versionado en su álbum Signed, Signed And Delivered [1971], We Can Work It Out. Wonder es Wonder y todo lo que hace le imprime ese feeling característico. Fue el primer aplauso cerrado de la noche, que compartieron los dos Beatles presentes.
Enseguida un momento de alto contenido emotivo, al subir Jeff Lynne [ex Electric Light Orchestra, ex Traveling Wilburys] y Joe Walsh [ex Eagles], veteranos de las lides musicales para interpretar un tema, no sin antes invitar a escena a Dhani Harrison para cantar el enorme Something, de George Harrison. No se puede decir mucho, porque con los nombres de estos músicos alcanza para imaginar la performance. Sin embargo, digamos que le pusieron la dosis de artesanía que un homenaje requiere, por encima de una pulcritud técnica. Así, los giros personales que sobre todo los dos músicos veteranos imprimen al tema hablan de cómo la música de The Beatles permite a buenos músicos re crear lo maravilloso.
Tras este número, otro, con un joven muy joven, solo en el escenario para hacer una intimista versión de In My Life. Se trata de Ed Sheeran un joven cantante y autor de 22 años, descubierto y patrocinado en su momento por Elton John y Jamie Foxx. Una versión muy en la línea contemporánea, muy indie, muy auténtica también. Muy buena impresión de este joven músico que está teniendo una carrera ascendente sostenida.
Le siguió, en contraste, una vibrante versión de Don't Let Me Down, a cargo de Keith Urban [cantante y autor neozelandés] y John Mayer [guitarrista y vocalista norteamericano]. Otra buena versión contemporánea de un tema sin tiempo. Es uno de esos temas que parecen poseer a los músicos y cantantes que lo toman [desde Lennon para acá] y los músicos ser los instrumentos del tema, que emerge de las entrañas.
Siguió a esto una histriónica y bastante expresionista versión de Kate Perry [USA] de Yesterday, el archiclásico tema de McCartney. No sé si es que la versión original de McCartney solo con su guitarra y algún pequeño arreglo de cuerdas es tan perfecto o que la canción en sí, como en el caso anterior, busca al intérprete [de preferencia a McCartney], que cualquier versión diferente, por más esfuerzo por darle un sesgo personal, termina siendo induficiente. No hay nada para objetar a Perry desde la técnica, excepto quizás un exceso de actuación. El problema es que Yesterday es un tema sencillo pero muy difícil, muy arisco, que no acepta que lo cante otro. En mi opinión, el que se anima con este tema, si no es McCartney, pierde por excelente que sea. Reconocemos todo el esfuerzo y arte que Perry puso en su ejecución, pero eso no nos impide ver que el propio tema condena al fracaso a quienes intentan sacarlo de los dominios de Paul. [Opiniones estrictamente personales y sumamente discutibles, pero es más fuerte que yo, siempre me ocurre lo mismo con las versiones de este tema, sea de quien sea].
El siguiente número fue para mí una revelación: Imagine Dragons, una banda indie pop de Las Vegas muy reconocida haciendo una excvelente versión de Revolution. Con solo cuatro instrumentos de cuerda y un ensable vocal destacable, realzaron un tema que poco o nada se toca por ahí pero que tiene, sin embargo, un típico mensaje en código Lennon. Punto fuerte de la noche, sin duda.
Asimismo, otro punto altísimo, que levantó a todos en una ovación, fue la versión que Jeff Lynne y Dave Grohl [ex Nirvana, ex Foo Fighters, ex Queens Of The Stone Age, integrante de Them Crooked Vultures] hicieron de un tema casi olvidado del repertorio Beatle, pero realizado con el alma y las tripas: Hey Bulldog. No podemos hablar de técnica aquí [que la hubo y mucha], sino de la imponente carga emocional y expresiva de la interpretación. A lo largo de su historia, The Beatles compusieron y dieron muchos temas a otros músicos y bandas [el más notorio, I Wanna Be Your Man, para los Stones] y en este caso, parece como si hubiera sido escrito para esta interpretación [además de la original, por cierto]. Excelente por donde se lo mire. Grohl comentó, además algo muy importante y cierto: la música de The Beatles entusiasmó a la generación de sus padres [él nació en 1969], lo impulsó a él a dedicarse a la música y deleita a su pequeña hija, que se hallaba presente en la platea y estaba deslumbrada frente a lo que veía. En un post anterior presentábamos un video en el cual se muetra la reacción de niños y adolescentes actuales frente a la música beatle y concuerda con esto.
El siguiente número se anunció con bombos y platillos, porque después de casi 10 años, volvían a actuar juntos en un escenario, adoptando su vieja denominación, los integrantes de Eurhytmics, la banda británica new wave [1980 - 1990 y 1999 - 2005] integrada por Annie Lennox y David Stewart. Ellos hicieron The Fool On The Hill. Aquí confieso que me pasó algo que desmereció, para mi gusto, la versión: noté muy dura la expresión de Lennox, me pareció muy demedida en energía, no permitió que se trasmitiera ni la melancolía del tema, ni la soledad, ni el desarraigo de las convenciones que el tema contiene y debe trasmitirse. Me sonó muy a cantante prima donna, una especie de Cher o de Dionne Warwick, u otras muchas por el estilo, con lo estentóreo que quita modulación y afecta de astificialidad. Mientras la escuchaba me decía a mí mismo: muchos decibeles, un poco menos, aflojale un poco, dale más suavidad, algo de dulzura, por favor. No me gustó, aunque no creo que esto haga mella alguna en la carrera de Lennox.
Pasamos luego a otro punto especialmente fuerte. Primero, por el tema, Let It Be, de por sí una obra mayor y segundo, por la interpretación, inobjetable e inapelable, a cargo de John Legend [cantante de R & B, compositor y actor estadounidense] y Alicia Keys [actriz, cantante, compositora y multiinstrumentista neoyorkina]. Dos pianos de cola, frente a frente, con los dos músicos a carago de cada uno de ellos, haciendo un dúo impecable, donde además sobresale, increíble, la maravillosa voz tersa y profunda de Keys. Grandioso. Ovación de pie unánime.
Para seguir, Here Comes The Sun, ese himno harrisoniano, a cargo de Brad Paisley [cantante y compositor country de West Virginia] y Pharrell Williams [cantante, rapero y compositor norteamericano] en una prolija versión, aunque no fue de lo más destacado de la noche. No obstante, no se le puede objetar más que haber sido una interpretación que, muy probablemente, no hará historia.
Acto seguido, otro plato fuerte: Gary Clark en guitarra [guitarrista y cantante texano], Joe Walsh en guitarra y Dave Grohl en batería, para una épica versión de While My Guitar Gently Weeps. Poco para decir: monumental, otra ovación de pie, bien merecida.
Llegados a este punto, un exultante y entusiasta Jeff Bridges apareció para la presentación. Recordó lo que había significado para él, para sus amigos, para su familia rodear el televisor para ver, expectantes, el Ed Sullivan's Show aquella noche de febrero de 1964, cuando The Beatles protagonizaron the night that changed America. Así que después del recuerdo, dijo que tras el homenaje que se había presenciado, era hora de oír a los homenajeados e inmediatamente introdujo a Ringo Starr. Ringo hizo tres temas que lo caracterizaron en The Beatles: Matchbox, Boys y Yellow Submarine.
Después de esto, Sean Penn hizo de presentador de Paul McCartney, haciendo alusión a su cercana relación con Paul [aparece, así como también Johnny Depp, en el video oficial de Queenie Eye]. Sin muchos preámbulos y de modo sereno, recibió a Paul en el escenario. Allí, junto a su banda, McCartney arrancó con Birthday, siguió con Get Back y I Saw Her Standing There y culminó con Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band para enganchar con la presentación de Billy Shears, el alter ego de Ringo, y con el tema With A Little Help From My Friends. El final, apoteósico, obviamente, fue con todo el público y todos los artistas participantes en el escenario, cantando Hey Jude.
No se puede hacer un comentario de esta actuación. Solamente decir que no es la primera vez que Ringo y Paul coinciden en un escenario desde la ruptura de The Beatles. Sin embargo, esta fue una ocasión de expreso homenaje a toda la banda y vale como un reagruparse aunque sea tan solo para la ocasión y después cada uno siga su camino. Pero estas cosas mantienen vivo el espíritu de una época que dio su mejor mensaje para el futuro y The Beatles fueron sus más genuinos mensajeros. Y esto fue pura celebración de aquel espíritu y de lo que hoy perdura alimentando, afortunadamente y sin duda, la mejor parte de los seres humanos, cumpliendo aún hoy con la finalidad de contribuir al mejoramiento humano. La música puede hacer eso, más que la filosofía, más que la religión, más que la ciencia. La música, aliada de la poesía y el arte, pueden hacer que aflore la esencia humana. Y eso y no otra cosa persiguió aquella generación y la prueba de su necesidad y de su acierto está en imágenes como la de la hija de Dave Grohl absorbiendo maravillada todo ese espíritu.
Si bien no deja de ser un producto televisivo, este The Night That Changed America es un excelente producto televisivo y una gran idea soberbiamente realizada. Vale la pena sentarse las casi dos horas que dura y disfrutar, disfrutar, disfrutar ...
Hasta pronto
ABBEY ROAD DICE:
5/5 YELLOW SUBMARINES
Stevie Wonder |
Enseguida un momento de alto contenido emotivo, al subir Jeff Lynne [ex Electric Light Orchestra, ex Traveling Wilburys] y Joe Walsh [ex Eagles], veteranos de las lides musicales para interpretar un tema, no sin antes invitar a escena a Dhani Harrison para cantar el enorme Something, de George Harrison. No se puede decir mucho, porque con los nombres de estos músicos alcanza para imaginar la performance. Sin embargo, digamos que le pusieron la dosis de artesanía que un homenaje requiere, por encima de una pulcritud técnica. Así, los giros personales que sobre todo los dos músicos veteranos imprimen al tema hablan de cómo la música de The Beatles permite a buenos músicos re crear lo maravilloso.
Dhani Harrison |
Tras este número, otro, con un joven muy joven, solo en el escenario para hacer una intimista versión de In My Life. Se trata de Ed Sheeran un joven cantante y autor de 22 años, descubierto y patrocinado en su momento por Elton John y Jamie Foxx. Una versión muy en la línea contemporánea, muy indie, muy auténtica también. Muy buena impresión de este joven músico que está teniendo una carrera ascendente sostenida.
Ed Sheeran |
Le siguió, en contraste, una vibrante versión de Don't Let Me Down, a cargo de Keith Urban [cantante y autor neozelandés] y John Mayer [guitarrista y vocalista norteamericano]. Otra buena versión contemporánea de un tema sin tiempo. Es uno de esos temas que parecen poseer a los músicos y cantantes que lo toman [desde Lennon para acá] y los músicos ser los instrumentos del tema, que emerge de las entrañas.
John Mayer y Keith Urban |
Siguió a esto una histriónica y bastante expresionista versión de Kate Perry [USA] de Yesterday, el archiclásico tema de McCartney. No sé si es que la versión original de McCartney solo con su guitarra y algún pequeño arreglo de cuerdas es tan perfecto o que la canción en sí, como en el caso anterior, busca al intérprete [de preferencia a McCartney], que cualquier versión diferente, por más esfuerzo por darle un sesgo personal, termina siendo induficiente. No hay nada para objetar a Perry desde la técnica, excepto quizás un exceso de actuación. El problema es que Yesterday es un tema sencillo pero muy difícil, muy arisco, que no acepta que lo cante otro. En mi opinión, el que se anima con este tema, si no es McCartney, pierde por excelente que sea. Reconocemos todo el esfuerzo y arte que Perry puso en su ejecución, pero eso no nos impide ver que el propio tema condena al fracaso a quienes intentan sacarlo de los dominios de Paul. [Opiniones estrictamente personales y sumamente discutibles, pero es más fuerte que yo, siempre me ocurre lo mismo con las versiones de este tema, sea de quien sea].
Kate Perry |
El siguiente número fue para mí una revelación: Imagine Dragons, una banda indie pop de Las Vegas muy reconocida haciendo una excvelente versión de Revolution. Con solo cuatro instrumentos de cuerda y un ensable vocal destacable, realzaron un tema que poco o nada se toca por ahí pero que tiene, sin embargo, un típico mensaje en código Lennon. Punto fuerte de la noche, sin duda.
Imagine Dragons |
Asimismo, otro punto altísimo, que levantó a todos en una ovación, fue la versión que Jeff Lynne y Dave Grohl [ex Nirvana, ex Foo Fighters, ex Queens Of The Stone Age, integrante de Them Crooked Vultures] hicieron de un tema casi olvidado del repertorio Beatle, pero realizado con el alma y las tripas: Hey Bulldog. No podemos hablar de técnica aquí [que la hubo y mucha], sino de la imponente carga emocional y expresiva de la interpretación. A lo largo de su historia, The Beatles compusieron y dieron muchos temas a otros músicos y bandas [el más notorio, I Wanna Be Your Man, para los Stones] y en este caso, parece como si hubiera sido escrito para esta interpretación [además de la original, por cierto]. Excelente por donde se lo mire. Grohl comentó, además algo muy importante y cierto: la música de The Beatles entusiasmó a la generación de sus padres [él nació en 1969], lo impulsó a él a dedicarse a la música y deleita a su pequeña hija, que se hallaba presente en la platea y estaba deslumbrada frente a lo que veía. En un post anterior presentábamos un video en el cual se muetra la reacción de niños y adolescentes actuales frente a la música beatle y concuerda con esto.
Dave Grohl y Jeff Lynne |
El siguiente número se anunció con bombos y platillos, porque después de casi 10 años, volvían a actuar juntos en un escenario, adoptando su vieja denominación, los integrantes de Eurhytmics, la banda británica new wave [1980 - 1990 y 1999 - 2005] integrada por Annie Lennox y David Stewart. Ellos hicieron The Fool On The Hill. Aquí confieso que me pasó algo que desmereció, para mi gusto, la versión: noté muy dura la expresión de Lennox, me pareció muy demedida en energía, no permitió que se trasmitiera ni la melancolía del tema, ni la soledad, ni el desarraigo de las convenciones que el tema contiene y debe trasmitirse. Me sonó muy a cantante prima donna, una especie de Cher o de Dionne Warwick, u otras muchas por el estilo, con lo estentóreo que quita modulación y afecta de astificialidad. Mientras la escuchaba me decía a mí mismo: muchos decibeles, un poco menos, aflojale un poco, dale más suavidad, algo de dulzura, por favor. No me gustó, aunque no creo que esto haga mella alguna en la carrera de Lennox.
Eurhytmics |
Pasamos luego a otro punto especialmente fuerte. Primero, por el tema, Let It Be, de por sí una obra mayor y segundo, por la interpretación, inobjetable e inapelable, a cargo de John Legend [cantante de R & B, compositor y actor estadounidense] y Alicia Keys [actriz, cantante, compositora y multiinstrumentista neoyorkina]. Dos pianos de cola, frente a frente, con los dos músicos a carago de cada uno de ellos, haciendo un dúo impecable, donde además sobresale, increíble, la maravillosa voz tersa y profunda de Keys. Grandioso. Ovación de pie unánime.
Alicia Keys y John Legend |
Para seguir, Here Comes The Sun, ese himno harrisoniano, a cargo de Brad Paisley [cantante y compositor country de West Virginia] y Pharrell Williams [cantante, rapero y compositor norteamericano] en una prolija versión, aunque no fue de lo más destacado de la noche. No obstante, no se le puede objetar más que haber sido una interpretación que, muy probablemente, no hará historia.
Pharrell Williams y Brad Paisley |
Acto seguido, otro plato fuerte: Gary Clark en guitarra [guitarrista y cantante texano], Joe Walsh en guitarra y Dave Grohl en batería, para una épica versión de While My Guitar Gently Weeps. Poco para decir: monumental, otra ovación de pie, bien merecida.
Joe Walsh y Gary Clark [con Dave Grohl] |
Llegados a este punto, un exultante y entusiasta Jeff Bridges apareció para la presentación. Recordó lo que había significado para él, para sus amigos, para su familia rodear el televisor para ver, expectantes, el Ed Sullivan's Show aquella noche de febrero de 1964, cuando The Beatles protagonizaron the night that changed America. Así que después del recuerdo, dijo que tras el homenaje que se había presenciado, era hora de oír a los homenajeados e inmediatamente introdujo a Ringo Starr. Ringo hizo tres temas que lo caracterizaron en The Beatles: Matchbox, Boys y Yellow Submarine.
Después de esto, Sean Penn hizo de presentador de Paul McCartney, haciendo alusión a su cercana relación con Paul [aparece, así como también Johnny Depp, en el video oficial de Queenie Eye]. Sin muchos preámbulos y de modo sereno, recibió a Paul en el escenario. Allí, junto a su banda, McCartney arrancó con Birthday, siguió con Get Back y I Saw Her Standing There y culminó con Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band para enganchar con la presentación de Billy Shears, el alter ego de Ringo, y con el tema With A Little Help From My Friends. El final, apoteósico, obviamente, fue con todo el público y todos los artistas participantes en el escenario, cantando Hey Jude.
Ahora, como entonces, como siempre, los hacedores de magia |
No se puede hacer un comentario de esta actuación. Solamente decir que no es la primera vez que Ringo y Paul coinciden en un escenario desde la ruptura de The Beatles. Sin embargo, esta fue una ocasión de expreso homenaje a toda la banda y vale como un reagruparse aunque sea tan solo para la ocasión y después cada uno siga su camino. Pero estas cosas mantienen vivo el espíritu de una época que dio su mejor mensaje para el futuro y The Beatles fueron sus más genuinos mensajeros. Y esto fue pura celebración de aquel espíritu y de lo que hoy perdura alimentando, afortunadamente y sin duda, la mejor parte de los seres humanos, cumpliendo aún hoy con la finalidad de contribuir al mejoramiento humano. La música puede hacer eso, más que la filosofía, más que la religión, más que la ciencia. La música, aliada de la poesía y el arte, pueden hacer que aflore la esencia humana. Y eso y no otra cosa persiguió aquella generación y la prueba de su necesidad y de su acierto está en imágenes como la de la hija de Dave Grohl absorbiendo maravillada todo ese espíritu.
La hija de una leyenda del Rock en maravillada percepción de lo que la rodea |
Si bien no deja de ser un producto televisivo, este The Night That Changed America es un excelente producto televisivo y una gran idea soberbiamente realizada. Vale la pena sentarse las casi dos horas que dura y disfrutar, disfrutar, disfrutar ...
Hasta pronto
ABBEY ROAD DICE:
5/5 YELLOW SUBMARINES
No estoy para nada de acuerdo con tu crítica de Eurhytmics, me pareció una de las mejores versiones de la noche, sobre todo porque no intentaron imitar sino que le dieron un impronta muy personal...y no soy fan de ellos
ResponderBorrarAmigo enanorey: opiniones son opiniones y la tuya es bienvenida y respetada. Pero lo que puse en la reseña refleja lo que me pasó interiormente al oir la versión y es tal cual lo dejé expuesto. eso es lo que me produjo a mí. Que es personal la versión, sí, te concedo la razón, pero no llegó, desde mi humilde punto de vista a dar la atmósfera propia de la canción [no ya de la versión original]. En fin, yo estoy convencido que hay canciones que no se pueden cantar más, más allá de las versiones originales, porque por personal que sea la interpretación, ya son insuperables. Quizás The Fool On The Hill entre en esa categoría [aún no lo sé del todo]. Con Yesterday no tengo ninguna duda.
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Saludos desde Uruguay