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domingo, 18 de noviembre de 2018

SEGUIMOS CON PAUL IS DEAD. LAS FOTOS DE LA DISCORDIA

Uno de los argumentos más llevados y traídos en las últimas versiones del PID, es el de las diferencias apreciables en las fotografías de Paul McCartney antes y después de 1966. Ya nos hemos referido aquí a dos aspectos que derivan de analizar fotografías: 1. La supuesta diferencia de altura entre Paul y Faul  2. La diferencia de color de los ojos. Ambas discrepancias tienen - como hemos demostrado - otras explicaciones sobradamente más racionales y sensatas que la simple presunción de que se trata de dos personas diferentes. Especialmente, porque hemos dejado en evidencia que esas diferencias se pueden percibir tanto antes como después de 1966, con lo cual la teoría de la sustitución cae por sí sola.

Otros aspectos de las diferencias fotográficas no han sido abordados, hasta donde he podido comprobar, y aunque quienes tienen que aportar la carga de la prueba son los partidarios del PID, ante la gratuidad de las afirmaciones, se puede interponer algunos elementos que no han sido tenidos en consideración.

Hasta el momento, la "prueba científica" más contundente que mencionan los partidarios del PID es la de los estudios realizados por los Dres. Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni y que fueran publicados en 2009 en la edición italiana de la revista Wired, en un artículo de Fabio Andriola y Alessandra Gigante titulado Chiedi chi era quel Beatle [Pregunta quién era aquel Beatle]. Ambos periodistas son los autores de un libro editado posteriormente bajo el título de Il Codice McCartney La veritá sulla morte di Paul [El Código McCartney La verdad sobre la muerte de Paul]

El artículo publicado por Wired en 2009


El libro publicado por Rizzoli en 2011

Ambos trabajos han sido comentados por la divulgadora científica Viviana Ambrosi en su microsite Magical Mystery Blog. Allí expone su ponencia en la Convención anual del CICAP [Comitato Italiano per il Controllo delle Affermazioni sulle Pseudoscienze / Comité Italiano para la Investigación de Afirmaciones Pseudocientíficas] en la cual se encarga de diseccionar el mito de Paul Is Dead bajo el título La scienza indaga i misteri dei Beatles [La ciencia investiga el misterio de los Beatles].

En esa ponencia, de lectura recomendada, señala las principales falencias de las argumentaciones "científicas" de los partidarios del PID, al tiempo que lleva a sus verdaderos límites las indagaciones por parte de científicos en la materia, ya sea a través de estudios antropométricos como los análisis espectrográficos de la voz de McCartney.


Aquí nos ocuparemos de lo relativo a las diferencias en las imágenes de McCartney antes y después de 1966. La primera objeción que se realiza es que el conjunto de imágenes que tomaron Carlesi y Gavazzeni ya habían sido presentadas por los defensores del PID y, por consiguiente, más allá de los estudios realizados no aportaron materiales nuevos. Asimismo, Ambrosi coincide con Carlesi cuando esta última señala, relativizando el alcance de sus investigaciones: "Las dudas son muy fuertes y las discordancias muy numerosas, pero no sé si puedo expresarme aún con absoluta certeza. Sobre todo porque estamos hablando acerca de un personaje tan conocido y más importante aún: vivo. Frente a un cadáver sería más claro: las conclusiones a las que he llegado se podrían confirmar realizando pruebas más exhaustivas y concluyentes. Sin embargo, cabe decir que, si hubo sustitución, la verdadera obra maestra fue encontrar un doble con unas características antropométricas tan similares al “original”. Hay que decir que los análisis antropométricos tienen que ir acompañados, necesariamente, de exámenes de otro tipo para formular una certeza pericial al cien por cien.” El principal punto de estas consideraciones está en la salvedad - nada menor - de haber trabajado en base a imágenes fotográficas y no con cuerpos reales. 

Más allá de lo ya señalado en otros posts acerca de la influencia que tienen sobre las fotografía la posición del fotografiado, la posición del fotógrafo, la luz que incide sobre el objetivo fotografiado, etc., hay otro aspecto de sustancial importancia para poder establecer comparaciones entre las imágenes que percibimos en una fotografía y en otra.

La fotografía actual, digital, permite acceder a algunos datos acerca de cómo fue obtenida la imagen. Las fotografías digitales tienen una metadata que puede obtenerse en la propia web [probá este lugar]. De allí podemos saber datos como dimensiones, cámara empleada, lente, fecha, ubicación, etc. Con la fotografía analógica no ocurre lo mismo, aunque algunas cosas puedan resultar evidentes, como cuándo se empleó un gran angular o cuándo se usó un zoom. Pero no es para nada seguro establecer en todos los casos qué lentes fueron empleadas, así como tampoco puede establecerse algo muy importante como es la distancia focal. Y esto viene porque esos elementos inciden netamente en las proporciones de las imágenes. Dicho de otro modo, diferentes distancias focales y lentes, generan imágenes que pueden tener discrepancias tan grandes que parezca, cuando de retratos se trata, que se ha fotografiado a dos personas distintas, más allá de que se perciba también el parecido. 

Sobre estos aspectos, nunca se ha aportado un solo dato relativo a cómo fueron tomadas las fotografías que, indiscriminadamente, se emplean para hacer comparaciones concluyentes sobre si McCartney es Paul o Faul, haciendo observaciones sobre "lo que se ve" en la fotografía, que no es más que una imagen del objeto que, no obstante, será diferente si es tomada con cámaras, lentes y distancias focales distintas. Tengamos en cuenta que dentro de las fotografías usadas para las comparaciones las hay analógicas y digitales, pero además, las analógicas, están digitalizadas, sin garantía alguna de que se mantenga fidelidad respecto al negativo original.

Por lo que vemos, la fiabilidad de tal procedimiento es muy relativa, algo en lo que coincide Carlesi. Pero, no nos quedemos con las palabras, veamos ejemplos.



Comparación de dos fotografías tomadas con lentes de 24 mm y de 135 mm en las que se ven notorias diferencias aunque se trata de la misma persona y de la misma sesión fotográfica.


Comparación de dos fotografías tomadas con lentes de 50 mm y de 135 mm, en las cuales las diferencias ya no son tan evidentes, aunque siguen siendo perceptibles.

En estos casos se puede notar cómo incide la distancia focal en el resultado final [lo que vemos]. De resultas de esto, tenemos que no necesariamente las imágenes de la misma persona se van a ver del mismo modo, ya que pueden haber sido tomadas de forma distinta. Es un dato relevante para poder concluir en algo tan importante como la atribución de identidad.

Pero veamos un poco más. Las fotografías con lente de 50 mm son de las más frecuentes en el retrato. Diríamos que es el tipo de lente que se expone a menores distorsiones respecto a la realidad que se intenta registrar. Comparemos entonces la imagen tomada con lente de 24 mm con otra tomada con lente de 50 mm.



Las diferencias vuelven a ser sumamente notorias.

Por consiguiente, las proporciones de la imagen se alteran y, si hiciéramos el mismo ejercicio de comparación trasladando medidas de una imagen a otra, las dierencias también serían sorprendentes.



Observemos la distancia entre las pupilas, el largo de cara, la relación del mentón con la boca y la nariz, o el ancho de hombros. Todo habla de proporciones diferentes. Y es evidente que hay proporciones diferentes, pero en las fotografías, no en la persona fotografiada.

Para presentar alguna otra argumentación visual sobre esto, veamos el siguiente video.

 

No sabemos cómo fueron tomadas las fotografías que probarían que McCartney fue sustituído. Pero como dice la lógica, no debemos afrimar la veracidad o falsedad de algo porque desconozcamos su origen. Lo que es claro es que no son pruebas concluyentes de que haya dos McCartney distintos. Al fin y al cabo, la fotografía es una representación de la realidad, una trasposición bidimensional de la realidad tridimensional en la cual no hay una inobjetable fiabilidad de su fidelidad a la realidad observada.
El tema queda abierto. Pero también queda claro que quien hace una proposición [como es la supuesta sustitución de McCartney] debe llevar la carga de la prueba y no a la inversa. Y habiendo vigentes más de una posibilidad de explicación de una misma cosa, esa prueba debe ser concluyente, decisiva y sin relativización por parte de quienes investigan.

Hasta pronto, pues este tema no ha terminado aquí.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

PAUL IS DEAD [VII]: El secreto de sus ojos

NOVIEMBRE DE 2018
Republicamos este post ya que incorporamos material complementario al que hemos accedido más recientemente y porque los partidarios del PID han incorporado como "pruebas documentales" en este asunto, material de la memorabilia para fans que resulta, como en todos los otros casos, rebatida claramente. [Se señala más abajo el trsamo de este post que ha sido actualizado]

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El Secreto de sus Ojos es una excelente película argentina de corte policial, realizada en 2009 por el director Juan José Campanella, basada en la novela La Pregunta de sus Ojos, de Eduardo Sacheri. El film contó con un gran elenco encabezado por Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella, éste último en una actuación antológica. La película gira en torno a un espantoso crimen y a las indagaciones que, desde el juzgado que lleva el caso se realizaron 30 años atrás. La investigación retorna cíclicamente a fotografías que plantean enigmas, en particular en torno a las miradas y los ojos de la víctima. Los ojos resultan ser la clave.

¿Por qué esta referencia a este film? Porque aquí vamos a adentrarnos en el secreto de los ojos de Paul McCartney, recurrentemente citados en el PID y que se presentan como evidencia de la sustitución de identidad, al señalar que repentinamente, Paul pasó de tener ojos oscuros a tenerlos claros. ¿Y realmente es así?

Toda la evidencia que se presenta se basa también en fotografías [como en la película], pero a poco de buscar un poco más, nos llevamos algunas sorpresas. Tengamos presente que el PID sostiene que McCartney murió en 1966, el 9 de noviembre a las 5 en punto de la madrugada. Esto plantea un antes y un después muy precisos.

Estas son dos de las fotografías que evidencian los ojos claros de McCartney/Campbell/Sheppard/Shears y que más se han reiterado como argumento:

[EN ESTAS FOTOGRAFÍAS, SI SE CLIQUEA CON EL BOTÓN DERECHO DE MOUSE Y SE ABRE LA IMAGEN EN OTRA PESTAÑA, SE LA PUEDE VER EN SU TAMAÑO ORIGINAL. EN ALGUNOS CASOS, ESE TAMAÑO ES MAYOR Y SE PUEDE VER MEJOR LOS DETALLES]


McCartney todavía con The Beatles [c. 1969] Evidentes ojos claros


McCartney post Beatles [en los '70] Evidentes ojos claros

Pero, veamos si siempre es tan evidente:


McCartney en tiempos de la separación de The Beatles. Ya no resulta tan evidente, aunque sepamos que tiene ojos claros. La fotografía no resulta esclarecedora.

Unos 20 años antes, en Hamburgo, parece tener ojos oscuros. ¿No pasará lo mismo que en la foto anterior?

Las fotos en las que se basan los PID para señalar el cambio de color de ojos son casi invariablemente en blanco y negro, lo cual, como vimos, dificulta que se pueda identificar siempre la tonalidad de los ojos.

Pero nos llevamos una sorpresa, ¿cómo son los ojos en estas fotografías de tiempos anteriores a la supuesta muerte de McCartney?


En esta en blanco y negro, un ojo aparece más claro que el otro

¿Y en esta? Los ojos aparecen bastante más claros, pero el blanco y negro es esquivo para darnos seguridad.

Ahh! Aquí ya no quedan dudas. Ojos claros, McCartney antes de noviembre de 1966.
Recordemos que desde el PID se argumenta el cambio de aspecto de McCartney luego de que volvieran a grabar a fines de 1966, aduciendo que eso es evidencia de que ya era otro. Claro que, como ya vimos en otro post, los 4 Beatles cambiaron de aspecto por esas mismas fechas. Pero el aspecto de McCartney en esta foto es el de su etapa anterior y pertenece, efectivamente, a esa etapa anterior.


Por si quedaran dudas: McCartney antes de su supuesta muerte con evidentes ojos claros.

Abundemos un poco más: claros, sí claros los ojos.


¿Y aquí? Ojos claros durante el rodaje de Help! en las Bahamas. ¿Eso fue en 1965, no?

Y también en esta foto de la época de Rubber Soul, ojos claros.

Pero además comparémoslo con otros ojos claros sin discusión, los de Jane Asher. Resulta que hasta parecen más claros los de McCartney evidentemente porque les da más la luz. Por eso mismo, podemos ver cómo hasta en color las fotos pueden mostrar la realidad muy relativamente, ya que los ojos de Asher no parecen tan claros como realmente eran.
Estas muestras prueban cómo las fotografías son medios muy relativos como para poder establecer esas diferencias. En lo que no son relativas es en mostrar que, tanto antes como después de noviembre de 1966, los ojos de McCartney aparecen tanto claros como oscuros, evidentemente debido a que las condiciones de luz de las fotografías así lo condicionan. Lo que NO puede decirse es que haya habido un cambio en los ojos y menos aceptarlo como prueba de la sustitución de identidad.

Pero aún más: aún sabiendo que los ojos son claros, no todas las fotografías posteriores a noviembre de 1966 son tan evidentes. Hay casos en los que los ojos parecen oscuros. Entonces, ¿deberíamos pensar que hay dos sustitutos de McCartney transitando por allí? Es más sencillo y veraz hablar de variaciones en la iluminación de las fotografías, como en realidad ocurre.

Algunas muestras de ojos no tan evidentemente claros o aparentemente oscuros después de 1966.


Alrededor de 1970, fotografía tomada por Linda McCartney utilizada como contraportada de su primer álbum solista. Ojos claros más o menos evidentes y más bien verdosos.

Un ojo claro, el otro oscuro, producto de la luz. Fotografía de 1968. Tonalidad amarronada.

Por los '70, en la época de la disolución de la banda. No aparecen evidentemente claros tirando a castaños.

Por la época de Let It Be, la luz no permite verlos claros, en este caso. Se diría que son oscuros.

La misma época, durante las sesiones de Let It Be y aquí sí se ven claros, quizás verdosos.


McCartney más reciente, ojos claros.

McCartney actual, ojos claros

Bien amigos, tal parece que los ojos de McCartney son realmente claros, pero no que le hayan cambiado con el transcurso del tiempo, ya que hemos visto cómo antes de su presunta muerte también los tenía claros. Por consiguiente, los ojos no demuestran en absoluto que haya habido un cambio de identidad. Por otro lado, queda claro que la fotografía puede no dar la realidad tal cual es y por lo tanto, es un medio muy dudoso para la identificación de una impostura.

De cualquier modo, ahora queda también develado el secreto de sus ojos: los tiene claros en la actualidad, los tenía claros hacia 1970, los tenía claros hacia 1967 y los tenía claros también antes de 1966. McCartney sigue siendo McCartney.

Si te interesa el tema, aquí tenés el índice de los posts publicados en ABBEY ROAD.

Hasta la próxima

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COMPLEMENTO DE NOVIEMBRE DE 2018

Hay quienes han argumentado que los ojos de McCartney eran oscuros antes de 1966 por el simple hehcho de que en la memorabilia del grupo, en materiales para fans, en una especie de fetichismo devocional, se daban los datos "vitales" de los ídolos, entre ellos, el color de los ojos.

Así, citan un material, las llamadas Beatle Color Cards, donde se aportan esos datos.



Este es un ejemplo, publicado en 1964 en USA, donde se afirma que los ojos de McCartney son castaños o marrones [brown eyes].

No obstante, los datos que aportan a los fans en Gran Bretaña ese mismo año, a través de los mini magazines Pop Pics Super, son levemente distintos:



En este caso, los fans se van con el dato de que los ojos de McCartney son de color hazel, es decir avellana. Eso ya es suficiente para entender que se trata de un color claro, pero si quedaran dudas, transcribimos la definición de "color avellana" para los ojos:

Una simple búsqueda en Google explica lo excepcional de los ojos avellana, su mutabilidad y sus componentes claros. Complementariamente, el color avellana para tintas de pelo es un matiz del rubio, obviamente un color claro.
En otra página de Internet, dedicada a temas de estética, se afirma lo siguiente sobre los ojos avellana:

"Los ojos color avellana son uno de los colores de los ojos menos comprendidos. ¿De qué color son los ojos color avellana? Este color es semiraro y es una combinación de varios colores entre los que se incluyen verde y marrón. Los hazel eyes (u ojos color avellana) tienen menos melanina que los ojos marrones, pero más que los ojos azules. Este color de los ojos puede ser difícil de definir ya que a menudo hay una variación sustancial en el color de ojos. Los ojos color avellana a menudo parecen cambian de color de marrón a verde. Las personas con este color de ojos a menudo tienen un iris multicolor con un color cerca de la pupila y otro color diferente en los bordes. Un estudio indica que el 74% de los ojos color avellana tiene un anillo marrón alrededor de la pupila. Hazel eyes son una combinación de dispersión de Rayleigh, el principio que hace que el cielo y los ojos azules parezcan azules, y la melanina, el pigmento que hace que los ojos marrones sean de color marrón."

Tanto una publicación como otra, de las que afirman el color "brown" o el color "hazel" datan de 1964 y se refieren a la misma persona, indiscutiblemente Paul McCartney, el original, muy previo a 1966. La divergencia es claramente explicable por lo que se afirma sobre el color avellana, es cambiante entre el marrón y el verde, de más oscuro a más claro. Así que la variación de color no es tan extraña como sostienen los partidarios del PID y McCartney, antes y después de 1966 puede aparecer alternativamente con color oscuro o claro en sus ojos.

En buen romance, las fotografías que muestran la alternancia de color no estarían más que reafirmando que los ojos de McCartney tienen esa rara propiedad de los ojos avellana.

Al final, no era para tanto, ni siquiera había un tal "misterio de sus ojos".








viernes, 13 de abril de 2018

PAUL McCARTNEY Y EL MISTERIO DE SU ALTURA. [Otra vez el PID]

Hace algún tiempo, en un post anterior acerca de cómo se desacredita la teoría acerca de la muerte de Paul McCartney en 1966, en los comentarios, un lector me remitió a una comparación fotográfica en la cual se confrontan imágenes de Paul junto a su padre Jim, de la que se desprendería una diferencia de altura poco explicable entre padre e hijo.

En la imagen de la izquierda, McCartney en los años 70 con una diferencia apreciable de altura respecto a Jim, a diferencia de la otra fotografía, de los 60, en la que las estaturas no difieren tanto.

Aquel lector me desafiaba a explicar el por qué de tal discrepancia y, evidentemente, y habida cuenta del origen de esta comparación en una página que trata de demostrar el "complot McCartney", decidimos averiguar un poco sobre las imágenes. Más allá de que a simple vista se nota que la escala de las fotos son diferentes y, por tanto, las líneas trazadas no demuestran nada, aún cuando aceptáramos que la discrepancia visual significa algo, nos topamos con un problema muy difícil de resolver. Y es que, la fotografía de la derecha, en la que aparecen Paul y Jim, acompañados por Angie [madrastra de Paul desde 1964] y Ruth [hija de Angie, nacida en 1960], fue tomada en Liverpool en 1967, como lo demuestra la página Entity, en la que se informa sobre los emprendimientos comerciales de Mrs. McCartney, tal como se ve en la siguiente captura de pantalla.

El pie de foto especifica la fecha correspondiente a la toma fotográfica: 1967.



Por consiguiente, en ambas fotografías debiéramos tener a Faul y en ninguna a Paul. ¿Cómo se explica, entonces, la presunta diferencia de altura que se presenta como una prueba más de que ambos no son la misma pèrsona?

Esta resolución del asunto la incluimos en la respuesta que dimos a aquel comentario. Pero hoy nos interesaba traerlo más específicamente para todos los seguidores de ABBEY ROAD, así como ir un poco más allá.

En efecto, traemos otros casos semejantes, que no hacen otra cosa que reforzar la relativización de valerse de imágenes fotográficas y enunciar presuntas discrepancias en ciertos detalles. Estos ejemplos también se refieren a la altura de McCartney.

En muchas oportunidades se ha comparado la estatura de McCartney con la de su novia Jane Asher y se señala que antes de 1966 las alturas eran más cercanas, en tanto que luego de 1966, Paul es ostensiblemente más alto. Todo esto probaría que el Paul posterior a 1966 es un sustituto del verdadero. Veamos, pues, qué obtenemos.

Paul y Jane, en marzo de 1966, concurriendo al estreno del film Alfie. Sus estaturas parecen muy semejantes.

En la misma ocasión, sus alturas son más próximas

Aquí sus alturas difieren notoriamente, pero la foto pertenece al mismo día en el mismo evento, en marzo de 1966 [cuando no se puede sospechar que se hubiera muerto]

Otra imagen, desde otro ángulo, en la que la diferencia de altura se hace ostensible, siempre en la misma ocasión de marzo de 1966.

En estas cuatro fotografías, todas pertenecientes al mismo día, hallamos que no hay dos en las que la estatura aparente y relativa de ambos sea igual. Es evidente que esto depende de la posición de los fotografiados, del ángulo de la toma, de si uno se halla, aunque sea, levemente más adelante o atrás del otro, etc. Por eso no son inquietantes las diferencias y no pueden llevar a pensar necesariamente en que haya habido alguna sustitución, lo cual, en este caso, es evidentemente imposible.

Como lo será también en este otro ejemplo:

Paul y Jane en la boda de Mike McCartney, el hermano de Paul, en 1968 y donde aparecen nuevamente Angie y Ruth. La diferencia de altura no es demasiado apreciable.

En esta otra toma, del mismo día, la discrepancia de altura parece mucho menor que en la anterior.

El mismo día, pero ahora McCartney parece tener más diferencia de altura con Jane.

En esta foto de la misma ocasión, la diferencia de altura parece ser menor.

Y en esta otra, también de la boda de su hermano, la diferencia es apreciablemente mayor.
¿Cuál es la real estatura de Paul McCartney? McCartney mide 1,80 m., en tanto que Jane Asher mide 1,65 m. Hay una diferencia de 15 cm. que en algunas fotografías se hace más evidente y en otras aparece más disimulada, en función de los factores que señaláramos antes.

Pero más interesante que eso resulta el hecho de que los ejemplos que elegimos corresponden a dos momentos muy significativos: los primeros ejemplos son de marzo de 1966 y los siguientes corresponden a junio de 1968. Es decir, que si el PID fuera cierto, las primeras fotos serían inequívocamente de Paul McCartney y las segundas serían incuestionablemente de Faul. Pero en ambos casos se dan las discrepancias que se esgrimen como argumento y prueba para sostener que Paul murió y fue reemplazado y que, por tanto, las fotos de 1966 y de 1968 corresponden a personas diferentes.

¿Cómo podrán explicar objetivamente que las diferencias de altura aparezcan tanto para Paul como para el supuesto Faul? Siempre se puede echar mano a que los complotados pueden haber manipulado las fotos, trastocado las fechas, o cosas semejantes, pero es claro que toda credulidad tiene su límite.

Este tipo de ejercicio revela las fisuras de todo tipo [lógicas, cronológicas, históricas, de coherencia, etc.] que tiene el PID. Casi medio siglo de conspiracionismo al respecto no pasan en vano y al PID, como a las personas, con el paso del tiempo se le notan cada vez más los años y los achaques que lo aquejan.

Hasta una próxima oportunidad. 

lunes, 30 de marzo de 2015

PAUL IS DEAD [X]: La bolilla que faltaba, WikiLeaks y el Sindrome Mr. Heckles.

El mundo contemporáneo se basa en la diversidad, la variedad, la inceridumbre, la rapidez y la inmediatez. Estamos en los dominios de la globalidad de lo virtual, en los trending topic, en los confines de lo verificable y de lo que se acepta porque la red así lo manifiesta. O sobre todo porque el viejo mecanismo del rumor se ha internado en su era cibernética y se ha viralizado. Hoy, más que nunca, es posible expandir el rumor con visos de veracidad. Y atribuirlo a fuentes seguras aunque nadie las conozca. La veracidad parte de que está allí, en la web y, tautológicamente, si está allí es verdad. 

Así que entonces, nuestros buenos amigos del PID, han recurrido a una nueva generación de elementos probatorios para su sostenida conjura que intenta demostrar que Paul Is Dead.

El hoax más grande de la Historia de la Música salpicó a WikiLeaks


La primera generación se difundió por medio de la radio y los periódicos y los argumentos pasaban por la imagen fotográfica y el diseño de las portadas, el contenido de las letras de las canciones y los famosos backwards que intentaban desentrañar las presuntas pistas que los propios Beatles habrían dejado.

La segunda generación de argumentos pasó por las comparaciones fotográficas con presuntas constataciones antropométricas y comparaciones de sonido con presuntas constataciones espectrográficas.

La tercera y más reciente pasa por el trabajo de archivo, intentanto comprobar contradicciones en la memoria del propio McCartney así como sembrar la duda acerca del papel desempeñado por diversos personajes de su entorno. Así se ha involucrado a los restantes Beatles, a Yoko Ono, a Barry Miles, a Michael Jackson, a David Bowie, por mencionar apenas algunos y se los ha mezclado con diversos tipos de conspiraciones que van mucho más allá de la muerte de una figura de una banda de Rock'n'Roll por más que fuera la más famosa de ese momento.

Ya hemos tratado anteriormente estos tópicos y hemos dado respuesta - creemos que con solidez y contundencia - a muchas de las febriles elucubraciones de los PID. Aquí tenés un resumen. Entonces nos pusimos a pensar qué haríamos si fuéramos un PID, que necesita imperiosamente una prueba concluyente, una certeza más allá de simplemente sembrar dudas. Seguramente buscaríamos dentro de los métodos más modernos para constatar identidades: 1. La biogenética, 2. La cibernética. Claro está que la metodología no debería ser la oficial y legal, sino que, en tren de desentreañar una trama que estimaríamos como de conspiración a gran escala, deberíamos vérnosla con métodos no ortodoxos cuando no clandestinos e ilegales. 

La vía biogenética es más compicada ya que se basaría en poder comparar pruebas de ADN del 'difunto McCartney' con el superviviente Faul. Obtener muestras anteriores a 1966 no sería nada fácil y además no muy certero. Una muestra actual sería mucho más fácil de obtener dados los centenares de lugares por donde McCartney pasa por año [escenarios, hoteles, restaurantes, diversos lugares públicos, etc.] Pero es evidente que no es una vía muy transitable.

La vía cibernética parece mucho más probable. Las poisibilidades de hackeo pueden ser más accesibles. Claro está que también puede tener la ventaja de que una vez que algo entró en la red, alguien va a verlo y a hacerse eco. La red provee la posibilidad de la viralización, lo cual potencia el alcance del mensaje. Entonces habría que acceder a algo semejante a Anonymous que permitiera una difusión paralela a la oficial y luego convertirlo en un trending topic en Twitter y/u otras redes sociales.


No fue a través de Anonymous, pero se buscó una vía parecida

Es así que lo más expeditivo sería poder acceder al repositorio contemporáneo más grande de los secretos ¿bien? guardados de los más poderosos. Participar de la operación de hackeo a mayor escala de los archivos más protegidos, entrar en el reservorio de datos confidenciales obtenidos sin consentimiento de sus dueños y por medio de prácticas 'discretas' sería el argumento decisivo. Ese espacio es WikiLeaks, definida como 'organización mediática internacional sin ánimo de lucro, que publica a través de su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público, preservando el anonimato de sus fuentes'. En consecuencia, el público pensaría que si un documento lo tiene WikiLeaks es porque alguien lo quiso mantener protegido y oculto.

Este es el argumento de recentísima generación empleado por los PID. Según trascendió en las redes, WikiLeaks se dispondría a dar a conocer un documento que dejaría comprobado el episodio de la muerte de McCartney en 1966. Para ser del todo contundente, ese documento es el certificado de defunción de McCartney, con la precisa fecha de 9 de noviembre de 1966, dando lujo de detalles acerca del accidente automovilístico y la esquina en que ocurrió. Asimismo WikiLeaks revelaría la primera e inmediata entrevista que la BBC le hizo a John Lennon sobre la muerte de Paul y que por obra y gracia del complot ideado por el MI5 [y ahora se dice que también George Martin], quedó sepultado y nunca emitido. Es curioso que en esta instancia, el impostor más mencionado [el canadiense William Campbell] cede su lugar a otro viejo conocido, el también canadiense Billy Shears. Quienes se hicieron eco de esta versión, se remiten invariablemente al mockumentary Paul McCartney Is Really Dead: The Last Testament Of George Harrison, de Joel Gilbert, que ya tratáramos en este blog hace tres años. Este falso documental ha sido desacreditado hasta por algunos de los más conspicuos partidarios del PID. Entre otras cosas, propone que la misteriosa chica llamada Rita [que se menciona en la canción Lovely Rita] no sería otra que Heather Mills, la que finalmente se habría casado con McCartney como recompensa por tener la boca cerrada, no sin antes haber sido 'presionada' con el accidente que le costó perder una pierna.

Llamó la atención cómo lo que WikiLeaks revelaría coincidía punto por punto con lo que la teoría conspirativa venía sosteniendo, es decir, no revelaba nada nuevo en absoluto, salvo la existencia de un documento. Es decir que este nuevo rumor está orientado a introducir una base documental con algún grado de respetabilidad, que sin embargo, no existe. Pero a partir de esto la sola mención a su existencia introduce la duda de si no existirá en realidad. ¿Dónde mejor que en WikiLeaks?

Pues bien, acerca de las revelaciones de WikiLeaks, nada por aquí y nada por allá. O más bien sí, algo por acullá, ya que la propia organización se encargó de desmentir esa futura publicación, dando por tierra con la existencia de la tal documentación. Han sido muy precisos al negar que ellos fueran a hacer tal cosa. No es la primera vez que se alude a WikiLeaks apócrifamente para fundamentar algo o desacreditar a alguien. De modo que no es necesario que WikiLeaks lo tenga para que la febril mente conspiranoica deduzca que sí lo tiene o pudiera tenerlo. Como se verá, la nube de humo se disipa sola: no hay tal documentación, no hay tal futura publicación y divulgación por la mayor organización de 'deschave' del mundo, pero sí hay un evidente deseo de que sí lo tuviera y lo descubriera. No es solo el caso de McCartney. Hemos visto adjudicaciones apócrifas a WikiLeaks en temas de política internacional, de asesinatos políticos recientes, de conflictos, de campañas electorales, etc. ¿Por qué no podría también incluirse en la agenda la muerte de Paul McCartney, un tema sin duda más inofensivo que los otros? Un tema que tiene que seguir en el tapete porque da de comer a muchos que se valen de la credulidad de los incautos.






Categórica contestación de WikiLeaks al rumor acerca de su publicación: WE DIDN'T.

En la archifamosa sitcom Friends había un personaje llamado Mr. Heckles, el vecino del piso de abajo que se quejaba constantemente del ruido que hacían los protagonistas. En varias ocasiones, Mr. Heckles hace gala de esa realidad alternativa a la que es. Baste este diálogo a modo de ejemplo de esas escenas hilarantes:

Phoebe: [abre la puerta del apartamento] No! Mr. Heckles, nadie está haciendo ruidos aquí arriba!
Mr. Heckles: Están estorbando mi ensayo de oboe!
Phoebe:
Usted no toca el oboe!
Mr. Heckles: Pero podría hacerlo. 


Aunque ahora esté desmentido que WikiLeaks tenga esa documentación y que vaya a publicarla, la respuesta del PID sería semejante a la de Mr. Heckles: Pero podría tenerla y publicarla ... Y esa será la sensación con que muchos receptores del los twits se quedarán. Por aquello de que no se cree en brujas pero que las hay, las hay o aquello otro de donde hay humo hay fuego o simplemente por el Sindrome Mr. Heckles.

Sabemos bien que los amigos del PID son incansables y que tratarán de sacarle partido a este rumor y su desmentido. No es difícil imaginar las próximas líneas de argumentación:

1. WikiLeaks no publicará los documentos, pero en realidad los tiene.
2. WikiLeaks tiene los documentos pero resultó fuertemente presionada para no publicarlos y desmentir su existencia.
3. Todo esto es una operación de contrainformación: los opositores del PID, es decir quienes sostienen la conjura de ocultar la muerte de McCartney, lanzaron el rumor de que WikiLeaks daría a conocer esos datos para que la organización [quizás también cómplice] saliera a desmentirlo y dejar en ridículo y desacreditados a los defensores del PID.
4. El propio Faul es el orquestador de esta operación para generar confusión y descrédito.
5. ¿Por qué WikiLeaks esconde los documentos que posee sobre la muerte de McCartney?

No sería raro ver aparecer una nueva webpage apócrifa como la 60IF en la que se haga una publicación de los documentos que WikiLeaks tendría en su poder y hacerla desaparecer y reaparecer a  conveniencia como con la mencionada, donde George 'revelaba' la verdad del asunto.

El humo tiende a disiparse siempre, solamente hay que saber cómo soplar, pero también siempre habrá quienes reaviven la humareda, porque en estos asuntos, cuanto más denso es el humo, más confusión de crea y se mantiene el motivo por el cual algunos aprovechan a obtener notoriedad, satisfacción de su ego o ganancias económicas.

Y como decíamos más arriba, la cibernética es la forma más accesible actualmente para ello. Ya hay quienes han manifestado su indignación por este asunto de WikiLeaks y, como era previsible, se inclinan por una operación de contrainformación para desacreditar al PID. Se enojan por lo que consideran una maniobra difamatoria. Por ello están promocionando para el próximo martes una acción de manifestación en la red, de todos aquellos que duden acerca de la identidad de McCartney. Parece ser que la primera acción programada está orientada hacia Ringo, quien concederá una entrevista abierta a sus fans, bajo el lema ¿Qué es lo que siempre le has querido preguntar a Ringo Starr? La idea de esta gente es atiborrar a Ringo de preguntas acerca de la identidad de Paul y otras aledañas, como por ejemplo, ¿Es usted el último Beatle que queda vivo?

Me imagino que los servicios secretos de seguridad ya estarán tomando sus precauciones para evitar que tal manifestación gane las calles de las principales ciudades del mundo pregonando a los cuatro vientos que la verdad al fin ha sido revelada [!!!]

Si ya terminaron de reirse, les digo que nos encontramos pronto.




     

miércoles, 31 de diciembre de 2014

PAUL IS DEAD [IX]: El sindrome Barbero de Sevilla [en vísperas de Año Nuevo]

Gioacchino Rossini, el célebre músico italiano, compositor de numerosas y exitosas óperas, bon vivant, sibarita, amante de la buena cocina, a la cual dejó también sus aportes, es mayormente conocido por la que resultó ser su ópera más exitosa, El Barbero de Sevilla.

 
Gioacchino Rossini

Rossini [Pessaro, 1792 - París, 1868] compuso en 1816 la música para el libreto escrito por el argumentista y letrista Cesare Sterbini [Roma, 1784 - 1831], quien a su vez se basó en la Trilogía de Fígaro del dramaturgo Pierre-Agustin de Beaumarchais [París, 1732 - 1799], una de cuyas partes es precisamente la historia de El Barbero de Sevilla. De esa trilogía también proviene la historia que había dado lugar a otra ópera famosa, anterior a la de Rossini, Las Bodas de Fígaro, de nada menos que Wolfgang Amadeus Mozart.

Sea como fuere, hoy traemos a colación la ópera de Rossini, porque en el curso de la segunda escena del primer acto, uno de los personajes, el siniestro Profesor de música Basilio, desarrolla una de las arias más reconocidas de la ópera. Esta ópera, sin perjuicio de ser una obra satírica y farsesca, de fina ironía e ingenio muy agudo, habla también de cosas serias. Y lo que el personaje Basilio canta en el tramo al que hacemos referencia es una de ellas: se conoce como el aria La Calumnia.

En su letra se explica claramente cómo se desliza el rumor, la versión ambigua, cómo se esparce y cobra fuerza, cómo hace temblar todo, aún el concepto de verdad y cómo quien es víctima de ella termina sintiendo la muerte como un beneficio. Más allá de la exacerbación romántica del texto, la esencia permanece y se aplica con total exactitud a la realidad de las cosas.

Aquí les traemos el fragmento de la ópera subtitulado  para que puedan seguir la traducción. Las partes en las que desaparecen los subtítulos es porque, como es común en las óperas, el canto repite varias partes del texto.





Y dicho, visto y oído lo anterior, cabe contestar por qué traemos este tema y por qué hablamos del Sindrome Barbero de Sevilla. Pues bien, la calumnia es una forma de la mentira pero muy sutil y muy difícil de erradicar. Es mucho más fácil creer en una calumnia que desmentirla, en todo caso por aquello de que "algo de cierto habrá ..." o "donde hay humo hay fuego"

Esta forma de falseamiento de la verdad es uno de los procedimientos muy utilizados cuando se difunden los rumores, hoaxes, bulos o bolazos, según querramos llamarlos. Un sinnúmero de teorías que explican presuntos secretos, complots, conspiraciones y demás, se valen de la calumnia, si no de modo directo, sí en forma tangencial. En la mayoría de los casos es un procedimiento ideal para desacreditar fuentes, testimonios, asertos que evidencian la falsedad de toda la construcción teórica realizada y que da sustento al bulo o rumor.

Como no podía ser de otra manera, en torno a prolongada muerte que se le quiere infligir a Paul McCartney, estos procedimientos también aparecen. La calumnia es usada muy sutilmente, tanto que casi no asoma como tal, sino que, haciendo pie en datos reales, se va deslizando hacia el campo de las conjeturas y de las suposiciones sobre la base de un presunto sentido común. En consecuencia, se plantean dudas a partir de exageraciones, de suposiciones que quieren parecer razonables, que juegan con los estereotipos y las asociaciones inconscientes que hacemos con ciertos términos y, aún diciendo que nada de ello está comprobado, se siembra la semilla de la desconfianza, la sensación de que hay gato encerrado, allí donde ni siquiera podríamos encontrar un pelo de felino.

Traemos aquí dos casos, provenientes de la misma fuente, producto del trabajo de una buena señora española que ha escrito bastante en favor de la tesis PID. Se centra, en este artículo en dos personajes muy importantes en la época en que habría ocurrido la muerte/sustitución de McCartney, esto es, a fines de 1966. Una de esas personas es Yoko Ono, la otra Barry Miles. Pero también se esparcen suspicacias acerca de Indica, la librería de Miles, Asher y Dunbar, así como de la influencia de Robert Fraser.


Yoko Ono antes de USA y Gran Bretaña ¿instrumento de una conspiración?

Barry Miles junto al Swinging London y a la vanguardia [con McCartney y Luciano Berio]

La señora en cuestión se presenta como Lady Ruth [o Lay Ruth en Facebook], es española y, al parecer, según las informaciones que se brindan de ella posee título docente en Lengua Castellana y una Licenciatura de grado en Filología Clásica y ha escrito un libro, además de numerosos artículos. El libro se titula El Gran Misterio de Los Beatles. ¿Murió Paul McCartney en 1966? 

Convengamos que, al lado de otros planteos del PID, los que presenta Lady Ruth resultan, al menos, más prolijos en cuanto a formas. Por lo menos tiene una bibliografía de referencia, tanto de libros impresos como de páginas de Internet. Seguramente su formación la hace ceñirse un poco más a formalidades académicas. No obstante, no es el caudal de datos el que resulta objetable [aunque a veces se queda con una versión de hechos sin atender a otras que también son de recibo] sino la fase interpretativa de los hechos. 

Existe un concepto que se aplica mucho en publicidad, acuñado por el Profesor de Harvard Clayton Christensen, el de innovación disruptiva o pensamiento disruptivo. Esto que en marketing tiene que ver con innovación anticipada a su tiempo que termina siendo un disruptor y dejando una realidad antes dominante como disrupta, se aplica en el pensamiento a las líneas del mismo que pueden escapar de los paradigmas vigentes sin, por el momento, generar uno nuevo y sin embargo, abrir un panorama de pensamiento más amplio. La intervención de ese elemento disruptor provoca la transformación de todo el conjunto. Pues bien, si siempre pensamos de la misma manera no podemos esperar ver ángulos diferentes de un mismo tema y, por lo general, llegaremos a las mismas conclusiones o a la reafirmación de las mismas, habiéndolas pasado siempre por el mismo proceso. 

Este sería un fenómeno más que interesante en el enfoque de estos temas, pero, lamentablemente, no es lo que ocurre. Por lo que concierne al tema que nos ocupa, la fase interpretativa es menos sólida que la exposición de hechos. Porque los hechos son los hechos, pero su valoración depende de cómo se los narre. En este punto es donde encontramos la mayor endeblez de los planteos de Lady Ruth. ¿Por qué? Porque, como veremos, el relato va orientado, a veces más sutilmente, a veces más abiertamente, al descrédito de los protagonistas, sobre los cuales pende una presuposición de ocultamiento de la verdad y de complot, y otras cosas más, y a la validación de testimonios muy marginales con los que se pretende discutir lo que los protagonistas dicen. Pero, por si fuera poco, la argumentación y las provisorias conclusiones que van apareciendo, adolecen del uso de un 'sentido común' algo arbitrario y la caída en la discusión de los hechos como si se tratara de un programa de chimentos o un planteo peridístico al nivel de Caras. En resumen, con datos ciertos y bien documentados, se pueden obtener conclusiones, argumentaciones e interpretaciones sensacionalistas y sin fundamento.

Pero también destaquemos el loable esfuerzo de la autora por componer lo que ella llama una timeline de todo el tema. Y digo que es loable porque, como dijimos en otros posts, el PID carece totalmente de cronología organizada y de selección crítica de su contenido, por lo cual, al darse por válido in totum, el todo pierde validez bajo el peso de las contradicciones que encierra. Por lo tanto, el esfuerzo de Lady Ruth está dirigido a componer esa cronología, para lo cual deberá validar algunos datos e interpretaciones y refutar otros, para que la línea de tiempo cobre sentido.

Lo cierto es que, como dijimos antes en otros posts, hay una cronología real de la trayectoria de The Beatles que está publicada en varios importantes libros y en páginas serias de Internet. Todo lo referente a actuaciones en vivo y giras con sus respectivos setlists, grabaciones en estudio y sesiones de arreglos y mezclas, procedimientos técnicos e innovaciones empleados en la grabación de los temas, jornadas de filmación de sus películas, entrevistas para radio y TV, participación en programas de ambos medios masivos y más, está perfectamente cronologizado y publicado. Asimismo está compilada la información que rodea a los más de 200 temas que grabaron, ya sea en cuanto a su creación, sus arreglos, su grabación, su post producción y las opiniones, valoraciones, explicaciones y demás que los propios músicos y sus allegados hicieron durante esa época y posteriormente. Esto significa que la cronología Beatle existe y es en ella que debemos apoyarnos. Así es como sabemos qué estaba haciendo cada uno de ellos la noche del 8 para el 9 de noviembre de 1966, cuando se supone que Paul McCartney resultó muerto por decapitación en un terrible accidente automovilístico. Y den por cierto que ninguno de ellos murió en esa ocasión.

De modo que cuando se pretende insertar algo en la cronología, primero debería procederse a desmontar lo que hay en ella, a despecho de que los datos tienen validación cruzada, ya que todos los elementos son consistentes entre sí.

Queda, por cierto bastante más, referente a la vida privada de cada uno de ellos, pero al respecto también hay mucha documentación y también muchos de esos datos están cronologizados. La vinculación de Paul con la vanguardia artística de entonces, por ejemplo, [que hemos tratado en un post anterior] es también muy cronologizable y fue él y no John el Beatle que se acercó más a las nuevas tendencias del arte contemporáneo. Fue Paul el que se relacionó con muy variados artistas y ámbitos de esa vanguardia y fue esa una característica que le da fuerte unicidad a su trayecto de mediados de los '60. ¿Podría no ser el mismo Paul si se verifica que esa afición personal se mantiene sin alteraciones desde al menos 1965 hasta el presente? No hubo interrupción ninguna en la vinculación y participación de McCartney en los ámbitos vanguardistas entre fines del '66 y principios del '67. Ya dimos cuenta de cómo en ese período hay una intensa actividad en la que McCartney juega un rol protagónico que un sustituo no hubiera podido desempeñar de ningún modo. 

De cualquier forma, en el artículo que referimos hoy, la señora Lady Ruth aborda el tema por un camino tangencial, que intenta vincular en un plano conjetural, no solo con la presunta muerte/sustitución de Paul, sino con un entorno conspirativo, premeditado y muy bien planeado desde esferas de poder.

El artículo no ha sido aún concluido, por lo que parecería más prudente esperar a que ello ocurra, pero con lo que ha sido publicado alcanza como para hacerse una idea muy fiel del procedimiento que se emplea. El artículo hace una larga exposición acerca de la vida de Yoko Ono, infancia, adolescencia, juventud, su procedencia aristocrática, su vinculación con los círculos de mayor poder económico en Japón y de gran acercamiento a la familia imperial, su educación en los Estados Unidos, su escape del rígido marco familiar a través de la vinculación con la avant garde artística, su liberalidad sexual, sus dos matrimonios anteriores a Lennon, a los que muestra como extraños y su llegada al Swinging London de los '60 como artista vanguardista en ascenso. Pues bien, lo que intenta demostrar la señora Lady Ruth es que Yoko Ono no conoció ni casual ni inocentemente a John Lennon, sino que tuvo un objetivo para hacerlo y que probablemente ya se habían encontrado antes con Paul McCartney, al frecuentar Paul los ambientes avant garde. De ahí conjetura que Yoko Ono miente cuando dice que no conocía nada acerca de The Beatles antes de conocer a John en la exposición de Indica en noviembre de 1966. 

Yoko en sus comienzos con la vanguardia

Después pasa revista a la 'persecución' de Yoko sobre John en el año y medio siguiente hasta conseguir que se uniera a ella y abandonara a Cynthia y Julian, el proceso de influencia cada vez más marcada que fue ejerciendo sobre John, el período de 18 meses de alejamiento, conocido como 'The Lost Weekend' y su relación con May Pang, los intentos de acercamiento de Paul [según ella Faul en ese entonces], cómo él habría influido para que John  volviera con Yoko [de lo cual extrae la conclusión de que Paul y Yoko nunca fueron enemigos sino que estaban confabulados], el interés de Yoko por prácticas mágicas y cómo ejerció una fuerte impresión en un crédulo John por medio de hipnosis, sugestión y drogas para que creyera que verdaderamente tenía poderes mágicos y así consolidar su influencia, etc. 

La mayoría de estos hechos ocurrieron, forman parte de la biografía de John Lennon y de Yoko Ono, por separado y juntos. Pero la interpretación de que Yoko tuvo otras motivaciones para acercarse a John o que estuviera en realidad aliada con Paul en algún propósito común respecto a John, o que ella quisiera reforzar por medio de la sugestión su influjo sobre el músico, corren exclusivamente por cuenta de la autora, quien las justifica en base a suspicacias y presunciones, pero no a demostraciones. Y conste que cada quien tiene todo el derecho del mundo a sospechar y presumir lo que se le antoje, pero ese derecho no demuestra nada en absoluto acerca de la veracidad de lo que supone. Por ello, por más que se apoye en una buena bibliografía, quien reconstruye el relato del pasado no obtendrá buenos frutos si no se apoya en un buen instrumental interpretativo que no pasa por expresar lo que sería 'el sentido común' o lo que cada quien entiende por tal.

Lugar aparte merece la mención de cómo da por sentado y demostrado que los servicios secretos [¿de USA?, ¿de Gran Bretaña?, ¿de quién sabe dónde?] desarrollaron una eficiente red de organizaciones para penetrar en ciertos ámbitos, a la vez que explorar en los efectos de ciertas sustancias nuevas. Sostiene que instituciones de promoción del arte vanguardista se crearon para nuclear y tener cerca a los integrantes de la contracultura, así como se crearon granjas comunitarias para los mismos fines. Algo así como si Haight-Ashbury y los Merry Pranksters hubieran estado al servicio de los servicios secretos para tener a raya y controlados a los núcleos contraculturales. Y de paso, tener información de primera mano en la experimentación con sustancias psicoactivas a fin de evaluar su potencial aplicación especialmente en el plano bélico, de espionaje y seguridad. Como confabulación suena fantástico, un buen argumento para una novela o para una película. De hecho sí se conocen experiencias realizadas por el ejército de USA a fin de poder lograr el control mental del enemigo en una guerra [véase el libro de Jon Ronson 'Los hombres que miraban fijamente a las cabras' (2004) y el film de Grant Henslow conocido con el mismo título y también como 'Hombres de Mente' (2009)]. Pero de ahí a una aseveración tan temeraria como la que hace Lady Ruth dista un gran paso. No es que neguemos la posibilidad de que haya habido experiencias al respecto, pero lanzar un programa tan organizado de control encubierto de la vanguardia artística por estos medios suena más a Misión Imposible o El agente de CIPOL mezclado con X-Men. Pues bien, esa aseveración está hecha únicamente para poder decir luego con total soltura de cuerpo que Indica, la librería-galería que Miles [Barry], Asher [Peter] y Dunbar [John] abrieron para el Swinging London en la cual también ayudó Paul McCartney [en ese entonces el verdadero, ya que es antes de noviembre de 1966] fue una de esas tapaderas de control de la vanguardia y la contracultura. 


En este punto señalemos que la fuente principal de información, a partir de la cual la señora Lady Ruth declara haber estado investigando y haber llegado a concluir lo dicho sobre Indica, es un libro harto polémico de un autor activista también muy cuestionado. Se trata del libro The Covert War Against The Rock, [2000] del periodista de investigación Alex Constantine, quien se ha enfocado siempre en temas conspirativos, fascismo, crimen organizado y corrupción. Pero lo que puede apoyar el marco general, no necesariamente conduce a las conclusiones sobre contenido que la señora realiza a partir de investigaciones que no detalla y que promete en un futuro revelar como la constatación de sospechas 'bien fundadas'. De momento, nada apoyado en la sólida concreción de los hechos.


La inauguración de Indica con sus iniciadores: Miles, Dunbar, Marianne Faithfull, Asher y Paul. ¿Tapadera de los servicios secretos?


Aquí es donde Lady Ruth pone el acento con el más claro y obvio motivo de desacreditar a Barry Miles y poder acusarlo de mentir acerca de los hechos que narra como protagonista y espectador a la vez de aquellos tiempos. Porque resulta que Miles es uno de los principales biógrafos de McCartney y, por tanto, tiene que estar metido en el complot para ocultar la muerte y sustitución de Paul por Faul.

Ahora bien, ¿a dónde parece conducirnos esto? Mi modesta opinión es que esto va hacia que Yoko es una agente de los servicios secretos metida en el ambiente de vanguardia que se acerca a John Lennon como forma de tenerlo controlado de cerca y que confluye con Miles, quien también está implicado con los servicios secretos a través de Indica, lugar donde Yoko Ono expuso en Londres y donde oficialmente 'conoció', casi por casualidad a Lennon. A través de estos vínculos, Miles, Yoko y Paul se vincularían mediante una conspiración que llevó a tener a un inestable Lennon siempre controlado por medio de drogas, sugestión y sexo, para que no revelara nada de la trama. 

Sin embargo, quedan algunas dudas:

Si, como dice la autora, Yoko miente y conoció a Paul y eventualmente a John antes de lo que se dice oficialmente, ¿a qué Paul conoció? Seguramente, al ser anterior a noviembre del '66 y eventualmente incluso a fines del '65, el Paul que conoció Yoko es, indudablemente, Paul McCartney auténtico. ¿Qué importancia podría tener que lo hubiera conocido antes si el Paul confabulado con ella para mantener a raya a John es Faul? Por otra parte, si fue 'enviada' para controlar a John, ¿qué clase de importancia estratégica podría tener un John Lennon que aún no se había revelado en su esencia crítica y en su experimentalismo? ¿qué relevancia tenía él en el mundo de la vanguardia y la contracultura? Todavía poco y nada. ¿Por qué John Lennon merecería una marcación 'hombre a hombre' como se dice en el fútbol? El John Lennon más 'peligroso' aún estaba por venir. Estas circunstancias le dan a la explicación de Lady Ruth un cierto tono profético que en realidad no es tal, sino que deviene de saber en qué se convirtieron efectivamente The Beatles luego de terminar 1966. Con el diario del lunes, todos podemos apostar al ganador de la carrera del domingo. Solo que en este caso no hay tal diario del lunes ni se corrió ninguna carrera, simplemente no encaja lógicamente el relato que se hace sobre este asunto.

¿De dónde saca pruebas la autora para sostener que Miles e Indica son una fachada de los servicios secretos? Se llega a esa aseveración por medio de una extrapolación improcedente. Como algunos han sostenido que existieron esas instituciones fachada, Indica debería ser una de ellas, de lo contrario no cerraría la historia. Lo malo del caso es que otra vez se parte de conjeturas indemostradas, solamente por asociaciones arbitrarias para que la historisa cuadre. Y hasta por ahí nomás, ya que la historia cruje por todas sus junturas.

La autora apeló también a otros testimonios, de protagonistas marginales del asunto, quizás alguno no tanto, como Cynthia Powell, quien, sin embargo, no resulta ser de una gran objetividad, o el chofer de Lennon [Les Anthony] o el integrante de una banda menor de la época [Reggie King de The Action], a quien al parecer confundían a menudo con Lennon. Debería saberse que cuando en investigación se utilizan testimonios ninguno es totalmente falso ni totalmente veraz, sino que, al ser miradas subjetivas, dicen una parte de la verdad, tal cual la ve el que testimonia. Por ello, las fuentes se tamizan críticamente y cuando es posible se cruzan con otras fuentes. De allí pueden salir algunas constataciones acerca de confluencias o contradicciones que pueden ser no solo interesantes, sino también útiles para llegar a la verdad. Esto no pasa en el planteo de Lady Ruth, quien valida los testimonios funcionales a la tesis PID y la suya propia [sin que ninguna de ellas tenga una pizca que ver con la muerte de Paul] a los efectos de 'demostrar' que Yoko miente y que el motivo de su mentira es la confabulación que ya mencionáramos. En consecuencia, la demostración de que Yoko miente no concluye en que miente, sino que tiene una intencionalidad en mentir y, aparentemente, no podría tener otro motivo que el control de John y mantenerlo callado respecto a la muerte de Paul y sus sustitución por Faul.

Pero aún más allá de esto, la mayor parte de estas lucubraciones provienen de una fuente informativa que, no lo decimos nosotros, lo dice el mundo de la crítica y la investigación en estos temas, está absolutamente desprestigiada. Se trata del libro de Albert Goldman 'Las muchas vidas de John Lennon' sobre el cual se ha señalado su estilo sensacionalista, poco riguroso y muy subjetivo, tal como se había calificado también a sus otras biografías sobre Lenny Bruce, Bruce Lee y Elvis Presley.


El polémico libro, la polémica fuente

Una crítica dice: "El libro es un ejemplo señero de lo que se ha llamado patografía: una biografía tan desfavorable al biografiado que parece más bien el informe de un abogado del Diablo decidido a acabar con él." [Mirá acá

Otra más, señala: “Las muchas vidas de John Lennon” (en su título en la versión castellana del libro) más que una biografía más sobre el ex Beatle; es el pretexto que Goldman elige como el siguiente capítulo de su obsesiva batalla en la demolición de los mitos creados alrededor de personajes públicos que él (Goldman) asume que esconden algo muy sucio e inconfesable (por ellos mismos) debajo de su imagen pública; luego entonces es su deber  el escarbar entre la mierda más profunda para  derribar esos mitos y dejar a los ídolos desnudos y expuestos a la mirada crítica e hiriente de todo mundo." [Mirá acá]

Hay, al menos, una validación poco rigurosa de las fuentes, en todo el planteo.

Y un detalle más, aunque el artículo está repleto de otras objeciones por el estilo de las anteriores: en un pasaje se refiere a Robert Fraser, el marchant y galerista, algo mayor que los jóvenes McCartney, Lennon, Asher, Dunbar, Miles y demás, a quien se reputa de haber sido en Gran Bretaña, el primero en acceder al LSD y se lo asocia por ello con el Dr. Robert de la canción homónima del álbum Revolver. Esta es una asociación que ha sido hecha, pero ni por lejos la que tiene más adeptos ni la que aparece como más certera. La mayoría de los testimonios se inclinan por el médico neoyorquino Charles Roberts, de moda en el ambiente de artistas de la Gran Manzana, ya que administraba LSD y anfetaminas a sus pacientes. Otra hipótesis señala, con menos fuerza al Dr. John Riley, el dentista que administró por primera vez LSD a dos de los Beatles [John y George] sin que ellos fueran conscientes de lo que estaban tomando. Y hay quienes entienden que el personaje alude a otro doctor neoyorkino, del mismo ambiente que el anterior y que usaba los mismos métodos para el mismo público, llamado Robert Freeman [no es el fotógrafo]. De modo que así queda visto cómo las informaciones que nos provee la señora Lady Ruth no son completas y quedan sesgadas.

De ahí entonces, lo que iniciaba este post. Esa tendencia a la verdad incompleta, al descrédito del otro a partir de sugerencias no fundadas o basadas en fuentes que dicen supuestas verdades, desatan lo que el profesor Basilio cantaba y que terminaba con que aquel que era víctima de esa mentira encubierta llamada calumnia sintiera que la muerte era un destino preferible. Y potencian al Sindrome Barbero de Sevilla: miente, que siempre algo queda, una mentira repetida cien veces se convierte en verdad.

Por ahora es suficiente, pero volveremos sobre otros aspectos de esta novelesca trama que parece no tener fin en imaginación, argucias y vericuetos.

Nos encontramos pronto, aunque seguramente será el año que viene.

FELIZ COMIENZO Y MEJOR CONTINUACIÓN en 2015 para todos los amigos de ABBEY ROAD!!!


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