¡Qué escándalo se armó con el show de Al di Meola en el Auditorio Nacional Adela Reta! Convengamos que no fue una noche común y corriente, pero la excepcionalidad que significaron los inconvenientes perdura mucho más que lo que fue un excelente espectáculo musical con un despliegue artístico de primer nivel. Sin embargo, lo negativo siempre tiene mejor prensa que lo positivo.
22:15 - Ya estaba amainando la tormenta y los músicos se aprestaban a dejar atrás los incidentes y brindar lo que la gente había ido a buscar y lo que ellos traían para ofrecer: la música. |
Esto no sería tan sustancial sin no interviniera otro ingrediente: la magnificación que tuerce la explicación de la realidad. Quienes estuvimos allí vimos lo que pasó y dista bastante de las crónicas que salieron en la prensa al día siguiente y levantaron y repitieron hasta el hartazgo otros medios a través de Internet. La palabra principal fue BOCHORNO. Nosotros también la empleamos en nuestra reseña del show, pero atendamos bien a si es empleada para referirse a la situación o si se dirige hacia alguien en particular.
Las versiones levantadas por la prensa, en general, apuntan hacia el músico y el no haberse presentado a la prueba de sonido. Desde las autoridades de la Sala, pasando por la producción y los cronistas, mencionan el hecho. Ninguno dice explícitamente que las fallas se debieron a no haberse realizado la prueba de sonido, pero sí que, de haberse llevado a cabo la misma, muchos problemas se habrían ahorrado. Es una opinión razonable, pero en realidad no es razón suficiente para haber tenido problemas con la mesa de monitores, como se le dijo al público en la sala.
Que los problemas técnicos existieron es innegable y que no respondieron a un control de los niveles de sonido, también. De lo contrario no habrían tenido que estar rastreando cables y conexiones, retirando baffles o, como dice una crónica de prensa [la más dura contra el músico en ese aspecto] "primero no sonaba la guitarra, después la batería, más tarde fallaron
todos los micrófonos al unísono, y al final Al Di Meola pidió por favor a
los técnicos que subieran al escenario".
Que el malhumor del músico haya ido en aumento también es lógico, ya que lo que podría disimularse si los desperfectos se solucionaran enseguida, con el paso de los minutos y sucesivos intentos fallidos, se vuelve indisimulable y se convierte en bochornoso para todos.
Que di Meola pudo estar excedido en alguna de sus expresiones, tampoco se puede dudar, aunque esas expresiones las captó el público más por gesticulación que por haber salido a través del micrófono, especialmente el Mother fuckers! En lo que estuvo realmente infeliz fue en la mención a Bolivia, que además de ofensiva, resulta gratuita, manejando un estereotipo muy poco correcto políticamente y discriminatorio. No sería muy lógico para un descendiente de latinos nacido en Estados Unidos, pero a veces las condiciones artísticas no van de la mano con la prudencia y la reflexión que esos temas merecen. Es curioso, además, como se contradice con la fuerte vinculación de di Meola con la música latina y sudamericana que recorre vastos tramos de su obra. En este sentido, algunas reacciones tildaron a di Meola no solo de malhumorado sino también de insolente y atrevido.
Más insólito resulta algún comentario largado por allí de que la crónica y crítica de lo ocurrido implica un ataque político al SODRE, como organismo estatal. Nos parece que la sensación de desagrado no proviene de una motivación política sino del simple hecho de haber concurrido al mejor y más moderno escenario de Uruguay, y el más apto para todo tipo de visitas internacionales, y haber tenido que presenciar una serie de hechos sumamente desafortunados. Lo que sí es bastante nuestro [y en estos días que se celebró el fin de semana del Patrimonio, parte de ese patrimonio] es la dificultad para hacerse cargo de los problemas y aprovechar para cargar sobre di Meola el peso de la responsabilidad. Una vez más lo decimos, lo que ocurrió no se solucionaba con una prueba de sonido media hora antes. Basta ver el tiempo que les tomó solucionar los inconvenientes.
La primera a la que mandaron al frente fue a una traductora que de lo técnico, obviamente, poco y nada podía decir. |
Finalmente, al contrario de lo que se señaló en las crónicas, ni nosotros ni muchos de los que estuvimos allí presentes vimos que nadie se retirara ni que hubiera abucheos. En los cortes que se hicieron para solucionar los problemas mucha gente se levantó de sus asientos, caminó un poco, charló con conocidos que estaban en otras localidades, pero cuando se volvió al espectáculo, los lugares estaban rigurosamente ocupados. En cuanto a los abucheos, apenas si alguno gritó algo como: ¡Pónganse las pilas, che! Prueba de la actitud del público fue el agradecimiento de di Meola al término del show. Y prueba de la permanencia del público fue la salida del espectáculo, la multitud agolpada para comprar el disco que se vendía en el vestíbulo y los discos que di Meola firmó en contacto con el público. Finalmente, los problemas técnicos no duraron todo el concierto, sino que se vio a los músicos acompañantes hacer alguna indicación a los controles durante el primer tema.
Di Meola retornó al escenario y finalmente se dispuso a comenzar el show para deleite de los presentes. |
Gracias al amigo vamogoes, también presente en el espectáculo y sus oportunas filmaciones, a pesar de la ridícula prohibición de la sala de tomar fotos o videos, los amigos de ABBEY ROAD podrán ver lo que ocurrió, sin necesidad de que la prensa se lo cuente.
Primeras palabras de Al di Meola, presentando el show, cuando ni siquiera había una suposición de los problemas que se avecinaban.
Primera salida de di Meola del escenario, al dar cinco minutos para solucionar los inconvenientes técnicos.
Segunda salida del escenario, ya con el anuncio de suspender el concierto si no se arreglaba el sonido.
Explicaciones al público acerca de lo sucedido y comienzo del concierto, para bien de todos y del espectáculo.
Esperamos que las imágenes sean más esclarecedoras que las palabras escritas y que los amigos de ABBEY ROAD se hayn podido hacer una composición de lugar más ajustada a lo que fue la realidad.
Nos encontramos pronto.
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