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domingo, 24 de agosto de 2014

LA NOCHE DE LA NOSTALGIA

Hoy es un día con una noche especial, al menos aquí, en Uruguay. Hace 36 años que la noche de cada 24 de agosto se convierte en motivo de reuniones, eventos, bailes, fiestas y demás. 




Para esta noche hay programadas alrededor de 500 fiestas en todo el país, las cuales movilizan a decenas de miles de personas [quizás cientos de miles] para participar de ellas. Esto en un  país que cuenta con apenas 187.000 km2 de superficie y unos escasos 3.500.000 habitantes. Aparte de esas fiestas organizadas, muchos optan por hacer reuniones más reducidas e íntimas en sus casas.

¿Por qué y cómo se da este fenómeno que se conoce como La Noche de la Nostalgia?

Las causas son eminentemente relativas a los emprendimientos, ya que en 1978, el empresario radial y disc jockey Pablo Lecueder, desde su programa de radio Old Hits, promocionó y organizó una gran fiesta en la que la música retro [en aquel entonces, la de los '60 y comienzos de los '70] sería la protagonista. El evento se fue repitiendo en los años posteriores, dado el éxito de la primera edición, pero además se fue replicando en otras fiestas que comenzaron a aprovechar la idea y la fecha. Es que en Uruguay el 25 de agosto es fecha patria y por tanto, feriado nacional, celebrando la Declaración de Independencia del país producida el 25 de agosto de 1825. Es quizás la fecha patria de más peso, y por tanto, aquella que más se observa como feriado no laborable. Por ello, la noche del 24 de agosto es propicia como para salir y trasnochar. Los hechos de todos estos años han demostrado que la idea es también un brillante negocio que ha dado para que todos los emprendimientos festivos tengan éxito y buen retorno económico.




De aquella solitaria fiesta de 1978 a este medio millar de 2014 ha habido un trecho muy largo y no ha importado cuál fuera la situación socio política del país, el fenómeno se ha mantenido y ha crecido desbordantemente. Cuando comenzó, el país se hallaba en pleno proceso de dictadura cívico-militar [1973 - 1985] y luego del retorno de la democracia en 1985, se ha mantenido sin importar cuál es la orientación del gobierno [han pasado por él los tres principales partidos políticos del país]. Eso habla de un fenómeno que se arraigó más allá de las circunstancias que rodean al país y parece ser que es una noche en que esos elementos se mantienen en suspenso hasta que todo vuelve a la normalidad el 26 de agosto.

La dimensión que ha tomado el tema ha llevado a que hace ya más de una década, la fecha haya sido declarada de interés nacional por las autoridades y que haya sido incluida como atractivo en la promoción internacional turística del país. Lo cierto es que la presencia de extranjeros que vienen para participar de las fiestas se ha incrementado con los años y así el fenómeno trascendió fronteras.




Como ocurre con todo, la idea original no se ha mantenido incólume, salvo en aquellos eventos que provienen de las primeras épocas, ya que más allá del término nostalgia, en muchos casos es una excusa para hacer fiestas como las que se pueden llevar a cabo en cualquier momento del año. Algunas adoptan variantes en el nombre, como La Noche de los Recuerdos, La Noche de Todos los Tiempos, Retro Party, La Fiesta de la Nostalgia, etc. También propicia que se de una adhesión irónica, especialmente entre los más jóvenes, entre los cuales ya se organizan La Fiesta de la Anti - Nostalgia o la denominada Reíte de la Nostalgia [para los amigos que no son del Río de la Plata debería decirse Ríete de la Nostalgia] entre otras propuestas que aprovechan la fecha pero establecen sus propios motivos.




En cuanto al alcance de la nostalgia, se ha ampliado con los años. A esta altura, la música que anima esas fiestas sigue siendo de Oldies pero ya no solo de los '60 y '70, sino que ya se incluyen también los '80 y los '90. Es más, hay algunas fiestas que se especializan más en alguno de esos segmentos, con lo cual se puede presumir las edades de los que concurrirán. No solamente se realizan estas fiestas con DJs, sino que también las hay con presencia de bandas en vivo. De cualquier forma, en las fiestas con DJ, son infaltables las bandas señeras de los '60 [Beatles, Rolling Stones y Creedence Clearwater Revival como trilogía principal e ineludible], así como mucho de la música comercial argentina de la misma época [las que llamábamos porteñadas], música uruguaya de los comienzos del candombe beat, y mucho de la música disco de los '70 [infaltables ABBA, Village People, Bee Gees, etc.]


Nostalgia para todas las décadas


Un clásico en las fiestas notalgiosas: la bola de espejos.

Otro tema aparte es el de los controles de seguridad y tránsito que se realizan durante toda la noche y la madrugada por parte de las diversas autoridades policiales y municipales en todo el país. Con semejante cantidad de desplazamientos y una actividad de tráfico automovilístico inusitado, muy superior al de cualquier noche, las medidas se extreman para que la siniestralidad sea lo más reducida posible. Por ello hay muchas campañas previas, por parte de las autoridades y de los medios de comunicación para motivar la mayor conciencia posible acerca de cómo evitar accidentes e incidentes.










A estar por las cifras que se divulgan a posteriori de la fecha, cada año, esa siniestralidad ha ido en franco descenso. Pero las campañas van acompañadas también por operativos de control que general un despliegue sin precedentes, tanto por parte de la Policía de Tránsito como de los Inspectores Municipales [los muchas veces vapuleados chanchos, como son conocidos en la jerga popular]. Los controles tienen que ver con el respeto de las normas viales normales, pero se pone el énfasis sobre todo en el control de la alcoholemia para prevenir que los conductores no tengan más de determinado nivel de alcohol en sangre [el máximo permitido es de 0,3%]. Este año se incluye también un test para la detección de metabolitos de cannabis, habida cuenta de la reciente legalización de la marihuana.






En fin, una fecha muy particular que constituye, para bien o para mal, parte de las señas de identidad del Uruguay.

Por mi parte, más allá de que buena parte de la música que anima esas fiestas forma parte de mi propia historia, no soy muy afecto a salir en estas noches, en especial por la efervescencia generalizada y por algunos embrollos que se arman, especialmente en el tránsito que se congestiona y que a veces hace saltar lo peor de cada uno. Por otro lado, no me gustan, por lo general, las fiestas donde se direcciona lo que cada uno tiene que hacer a riesgo de quedar a contramano de la corriente general. Me explico: cuando bailo algo, no me gusta tener que seguir una coreografía que pretendidamente hace participar a todos y que en realidad hace que todos vayan para allá y para acá como ganado, o hagan trencitos absolutamente previsibles y que resultan francamente aburridos. Prefiero la creatividad más espontánea de un grupo de amigos que comparte sus códigos sin imponérselos a los demás.

Por ello, nunca he ido a una de estas fiestas, pero eso es algo personal que no me impide reconocer la magnitud del fenómeno y menos me lleva a ponerme en una posición de juzgamiento de cómo muchos quieren divertirse. Al punto de que hago lugar en este blog a reseñar un evento que se ha constituido claramente en un acontecimiento de relieve en el modo de esparcimiento social en este país.

Esperamos que todos pasen bien y se diviertan, sin inconvenientes ni contratiempos, y que regresen con alegría a sus casas.

Nos encontramos pronto.


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