En primer lugar, refiramos el hecho y luego tratemos de ordenar los comentarios que se nos precipitan atropelladamente in mente.
Hecho: los días 25 al 30 de marzo de 2013 se realizará, a bordo del crucero MSC Poesia, un evento turístico, por un lado, ya que recorrerá las aguas del Caribe, rodeando Cuba, y tocando puertos en Fort Lauderdale, Florida, Usa, Georgetown, Grand Cayman y Ocho Ríos, Jamaica, y por otro, un evento musical - artístico de características inusitadas, ya que a bordo del crucero se realizarán numerosos conciertos de bandas de cartel relevante.
El reparto está encabezado por:
YES
La más reciente formación de Yes, con Jon Davison |
Presenta su más reciente álbum, Genesis Revisited II |
UK
También con su más reciente formación |
CARL PALMER BAND
Formato de Power Trio, batería, guitarra y bajo |
TANGERINE DREAM
La banda alemana de Prog Electrónico, liderada por Edgar Froese |
SAGA
La banda canadiense neo prog de Ian y Jim Crichton |
NEKTAR
Británicos, con disco nuevo reciente que cuenta con dos de sus miembros originales y muchísimos invitados top |
ZEBRA
Banda estadounidense de Hard Rock |
GLASS HAMMER
La otra banda de Jon Davison, una banda de estirpe yesiana, con reciente álbum editado |
IOEARTH
Banda británica de Crossover Prog |
HEAVY MELLOW
Trío multinacional de guitarras y cajón que hacen clásicos del metal con aires flamencos |
El cartel es impactante por contar con tantos nombres paradigmáticos del Prog Rock. Toda esa gente junta significa un Festival Prog sobre las aguas.
Sin embargo, da para pensar bastante:
¿Se trata de una nueva forma de presentar el Rock en estos tiempos? Porque en la semana previa a este Cruise To The Edge, en ese mismo crucero MSC Poesia, se llevará a cabo, entre el 16 y el 20 de marzo, otro evento similar, llamado Monsters Of Rock, que nucleará a un número sensiblemente mayor de bandas provenientes de las diversas vertientes del Metal. Están anunciadas 35 bandas, entre las que destacan Cinderella, Tesla, Queensrÿche, Saxon, XYZ, Alkatrazz, entre muchas otras de menor posición. En este caso, el crucero saldrá del mismo Fort Lauderdale en Florida, USA y pasará por la isla privada de CocoCay, Bahamas y Nassau, Bahamas.
Sin embargo, da para pensar bastante:
¿Se trata de una nueva forma de presentar el Rock en estos tiempos? Porque en la semana previa a este Cruise To The Edge, en ese mismo crucero MSC Poesia, se llevará a cabo, entre el 16 y el 20 de marzo, otro evento similar, llamado Monsters Of Rock, que nucleará a un número sensiblemente mayor de bandas provenientes de las diversas vertientes del Metal. Están anunciadas 35 bandas, entre las que destacan Cinderella, Tesla, Queensrÿche, Saxon, XYZ, Alkatrazz, entre muchas otras de menor posición. En este caso, el crucero saldrá del mismo Fort Lauderdale en Florida, USA y pasará por la isla privada de CocoCay, Bahamas y Nassau, Bahamas.
Entonces parece que nos encontramos ante una nueva modalidad que apunta a un turismo particular dentro de ciertos estratos económicos. Es cierto que hoy por hoy la venta de discos ha descendido mucho, sustituida por el download. No obstante, hay bandas que, de cualquier forma apuestan a aportar a su público algo más que la placa grabada y así es que aún se venden muy bien las ediciones especiales, las cajas conmemorativas, las ediciones aniversario, etc. Como dice Steven Wilson, la música se acompaña por algo que el público quiere tener y no podría obtener con el download. Pero parece claro que eventos como este vienen a sustituir a los viejos festivales (o a agregarse a ellos) y dirigirse a cierto público más específico.
Una meditación inevitable: si el Prog Rock va a un crucero, el público del Prog Rock está en la edad de los que van a cruceros. Esto significa, en buen romance, aquellos que ya están pasados de edad para bancar el ritmo de un festival. Antes el Rock se centraba en los jóvenes. Ahora los jóvenes son apenas un segmento de los seguidores del Rock.
Otra meditación: los propios músicos del Prog Rock ya superaron cierta franja etaria y no pueden soportar físicamente el esfuerzo sostenido de los escenarios. Esto es relativo, pero sin duda que ya no podrían desarrollar los despliegues escénicos de otros tiempos. Y también es claro que la concentración de tanto público rinde buenos dividendos y permite ahorro de esfuerzos.
Se podrá decir que se combinan bandas y músicos veteranos con jóvenes. Es cierto, pero aquí se puede apreciar cómo funciona un circuito de relacioes. Ejemplo: Jon Davison al frente de Yes y Glass Hammer simultáneamente. Otro ejemplo: John Wetton, en UK, cerca de Howe y Downes de Yes y de Carl Palmer. Todos ex integrantes de Asia [raro que Asia no figure]. Steve Hackett viene de un trabajo en colaboración con Chris Squire de Yes [aunque Squackett no esté]. Y podríamos seguir con estos circuitos que se retroalimentan. Cierto es que estas relaciones también funcionan en tierra, sin necesidad de crucero alguno, pero ¡qué convenientes que han resultado para poder montar este Cruise To The Edge!
Espero que de resultas de esto podamos acceder a registros en CD y DVD, porque lo que es soñar con estar allí está bastante lejos. Con precios que van desde 1650 a 5500 dólares base simple de las habitaciones, sin contar otros gastos, no resulta muy al alcance de cualquiera [más si hay que agregar pasajes aéreos de ida y vuelta a Florida].
Para algunos esto será como las chicas de los Años Dorados desmelenándose en el Crucero del Amor o rumbo a la Isla de la Fantasía. Pero la expansión del Rock como fenómeno cultural conlleva otro fenómeno, la acumulación de años. Cuando se pasan los 50 años de existencia hay precios que la Historia cobra.
Largo camino desde los heroicos Monterrey Pop, Woodstock o Isle Of Wight hasta esta expresión menos espontánea, menos contracultural y sobre todo, menos joven. A contrapartida, el Rock no es una expresión confinada en un gheto contracultural sino una parte más del sistema circulatorio cultural contemporáneo que puede permear zonas que antes parecían ser los feudos de la tradición.
Me queda, sin embargo, una pequeña pena: hubiera sido un lindo festejo para el segundo aniversario de este blog, ABBEY ROAD, que se cumplió el pasado 4 de noviembre. No obstante, me queda sí la alegría de seguir en el espacio virtual y de que haya siempre navegantes que se den una vuelta por ABBEY ROAD.
Pero por si alguno tiene interés y posibilidades, vea aquí.
Hasta la próxima.
Una meditación inevitable: si el Prog Rock va a un crucero, el público del Prog Rock está en la edad de los que van a cruceros. Esto significa, en buen romance, aquellos que ya están pasados de edad para bancar el ritmo de un festival. Antes el Rock se centraba en los jóvenes. Ahora los jóvenes son apenas un segmento de los seguidores del Rock.
Otra meditación: los propios músicos del Prog Rock ya superaron cierta franja etaria y no pueden soportar físicamente el esfuerzo sostenido de los escenarios. Esto es relativo, pero sin duda que ya no podrían desarrollar los despliegues escénicos de otros tiempos. Y también es claro que la concentración de tanto público rinde buenos dividendos y permite ahorro de esfuerzos.
Se podrá decir que se combinan bandas y músicos veteranos con jóvenes. Es cierto, pero aquí se puede apreciar cómo funciona un circuito de relacioes. Ejemplo: Jon Davison al frente de Yes y Glass Hammer simultáneamente. Otro ejemplo: John Wetton, en UK, cerca de Howe y Downes de Yes y de Carl Palmer. Todos ex integrantes de Asia [raro que Asia no figure]. Steve Hackett viene de un trabajo en colaboración con Chris Squire de Yes [aunque Squackett no esté]. Y podríamos seguir con estos circuitos que se retroalimentan. Cierto es que estas relaciones también funcionan en tierra, sin necesidad de crucero alguno, pero ¡qué convenientes que han resultado para poder montar este Cruise To The Edge!
Espero que de resultas de esto podamos acceder a registros en CD y DVD, porque lo que es soñar con estar allí está bastante lejos. Con precios que van desde 1650 a 5500 dólares base simple de las habitaciones, sin contar otros gastos, no resulta muy al alcance de cualquiera [más si hay que agregar pasajes aéreos de ida y vuelta a Florida].
Para algunos esto será como las chicas de los Años Dorados desmelenándose en el Crucero del Amor o rumbo a la Isla de la Fantasía. Pero la expansión del Rock como fenómeno cultural conlleva otro fenómeno, la acumulación de años. Cuando se pasan los 50 años de existencia hay precios que la Historia cobra.
Largo camino desde los heroicos Monterrey Pop, Woodstock o Isle Of Wight hasta esta expresión menos espontánea, menos contracultural y sobre todo, menos joven. A contrapartida, el Rock no es una expresión confinada en un gheto contracultural sino una parte más del sistema circulatorio cultural contemporáneo que puede permear zonas que antes parecían ser los feudos de la tradición.
Me queda, sin embargo, una pequeña pena: hubiera sido un lindo festejo para el segundo aniversario de este blog, ABBEY ROAD, que se cumplió el pasado 4 de noviembre. No obstante, me queda sí la alegría de seguir en el espacio virtual y de que haya siempre navegantes que se den una vuelta por ABBEY ROAD.
Pero por si alguno tiene interés y posibilidades, vea aquí.
Hasta la próxima.
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