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lunes, 3 de octubre de 2011

EL ARTE DE TAPA BEATLE: UNA HISTORIA VISUAL

Transcribimos un artículo que publicáramos en 2008 en la Revista La Pupila, publicación uruguaya sobre arte. El artículo está en la edición Nº 5.

 
En el breve espacio de siete años, los Beatles editaron trece discos de estudio que pautaron su evolución musical. Las tapas de esos discos relatan esa historia desde el ámbito visual, aunque es la mirada retrospectiva la que permite hilvanarla e ir descubriendo cómo se cimentó una imagen, cómo se la enterró y sustituyó por otra, para, finalmente, dar paso a la apertura de cuatro caminos personales.


1963: SUBIENDO LAS ESCALERAS

Please Please Me, 1963, es el primer álbum del grupo y el comienzo de la cimentación de una imagen que los acompañaría durante la Beatlemanía. La escena aparece muy  institucional, en las escaleras del edificio central de EMI en Manchester Square. La sesión fotográfica estuvo a cargo de Angus McBean y esta toma se convertiría en un ícono fundacional de la imagen beatle. Si bien la compañía no pareció entusiasmarse mucho con este disco, las 30 semanas que permaneció en el Nº 1 de ventas les hizo cambiar de parecer. Así, la tapa parece proclamar el respaldo institucional a este grupo que surgió directo hacia los más altos lugares. Sus miradas de arriba hacia abajo así lo indican.




1963 – 1965: BEATLEMANIA
 
Las portadas de esos años pertenecen al fotógrafo londinense Robert Freeman. Fue él quien desarrolló la imagen beatle más característica que los acompañó durante los años de la Beatlemanía.

En With The Beatles, 1963, (llamado Meet The Beatles en Estados Unidos) Freeman utiliza su experiencia anterior fotografiando musicos de jazz, en ambientes brumosos y sombríos, pero también saca partido del estilo fotográfico de Richard Avedon y de Astrid Kirchner, fotógrafa alemana, amiga de los Beatles de los días de sus estadías en Hamburgo, y que fuera la creadora del peinado característico del grupo en esa época. Es un primer guiño al ambiente artístico “serio” y también la demarcación de la fisonomía que se asociaría indisolublemente al grupo.



 
Para A Hard Day’s Night, 1964, la operación fue más compleja, ya que el disco salió acompañando el filme del mismo nombre. Unos Beatles polifacéticos, pero ajustados al prototipo se despliegan en 20 cuadritos que marcan la vinculación con lo fílmico. En Estados Unidos se editó la banda sonora de la película y redujeron la carátula a cuatro cuadros grandes que dan a conocer inequívocamente, en un medio en que debían imponerse aún, cuántos y quiénes son, pero también adscriptos a la imagen modelo, en la que se destaca como elemento distintivo el flequillo.


Edición UK


Edición USA
 
Beatles For Sale, 1964, presenta las imágenes características de los músicos con semblantes más adustos y signos de fatiga. La Beatlemanía va en aumento y las giras, actuaciones y entrevistas dejan poco tiempo para componer y grabar, aunque estuvieran obligados por contrato a producir dos discos por año. Quizás por ello, este es el disco más flojo del período.



 
El ritmo no cesa y un nuevo proyecto cinematográfico se junta con un nuevo disco en 1965: Help! Esta vez aparecen de cuerpo entero haciendo señales en comunicación por banderas. Si bien la fotografía quedó impresa en espejo, se ha identificado que las señas dicen LPUS, que ha sido interpretado como Help Us. Simultáneamente, la actividad de actuaciones es imparable y vertiginosa. La portada del disco hace que se filtre ese pedido de auxilio, antes de que la fama los devore.



1965 – 1966: TIEMPOS DE BÚSQUEDA 

La Beatlemanía no terminó por sí misma, sino que fueron los propios Beatles, de los cuales el mayor apenas tenía 25 años, los que le pusieron freno. El cambió comenzó en Rubber Soul, 1965, en el que se aprecia un viraje importante en el plano musical. Y si bien seguían repartiendo su tiempo entre las actuaciones y el estudio de grabación, este último comenzó a ocupar más espacio en sus actividades. La fotografía de Freeman presenta unos Beatles levemente distorsionados, como anunciando que buscan una nueva imagen. 



Revolver, 1966, podría ser la segunda parte de Rubber Soul. No solamente comparte sus cualidades musicales sino que consolida el cambio emprendido. Se abre un tiempo de búsquedas y también de renuncias. Por esta época, las actuaciones en vivo no solo ya no eran estimulantes, sino que, además, se volvieron peligrosas. En Estados Unidos, a raíz de la afirmación de Lennon de que los Beatles eran más populares que Jesucristo, se desató una ola anti – Beatle, propiciada por el Ku Klux Klan, con quema de discos incluida. En Japón, una de sus últimas presentaciones en vivo en el Budokan, suscitó una ola de rechazo, ya que el referido escenario estaba destinado a las artes marciales y, por las connotaciones religiosas que tenía, no pareció adecuado profanarlo con un grupo de música rock. En Filipinas se desató un tumulto instigado por la esposa del dictador Marcos, Imelda, al haber sido desairada por los Beatles al no haber acudido a una invitación suya. Por ello, Revolver es el último disco grabado durante la Beatlemanía, aunque musicalmente ya dista sustancialmente de ella. La portada refleja esa realidad compleja y desordenada. A los dibujos lineales del artista alemán Klaus Voorman, se integra un fotocollage con diversas imágenes de los cuatro Beatles. Por primera vez el dibujo aparece en sus portadas y también por primera vez las fotografías son una reunión fragmentaria de tomas de diversas procedencias, entre las que se cuenta alguna realizada por Freeman. Hubo otros nombres propuestos para este álbum, tales como Abracadabra, Magic Circles o Beatles On Safari, los cuales indican la idea de que algo mágico o exótico ocurriera. En esta portada los Beatles miran en todas direcciones, buscan el rumbo. Si nos atenemos a la calidad musical que desplegaron, el rumbo ya estaba marcado. 




1967: TIEMPOS DE CAMBIO

1967 marcó un año crucial en la cultura popular de entonces. El surgimiento del movimiento hippie, el Flower Power, el Verano del Amor, la emergencia de la cultura underground, la expansión por doquier del arte Pop son los síntomas más salientes de la cultura que absorbieron los baby boomers. En ese entorno, los Beatles, habiendo decidido ya su alejamiento de los escenarios, se recluyeron en el estudio de grabación por varios meses. La idea de que estaban agotados creativamente se expandió rápidamente. No obstante, ese tiempo sirvió para gestar la obra rock más influyente hasta el presente, considerada hasta hoy – 44 años después – como el mejor álbum de rock de todos los tiempos: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. La idea de que del estudio saldría una obra mayor, condujo a pretender que la presentación del disco estuviera acorde con su altura artística. Por ello convocaron al artista Pop Peter Blake para el diseño y realización de la portada. Otra idea confluyó con esta: terminadas las giras, el álbum saldría de gira por ellos, presentando una banda alter ego de los Beatles, la Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pepper. El disco se concibió como una actuación de la banda ante el público, cuyos murmullos y aplausos se escuchan al principio y al final. Por un lado, debía evocar las bandas pueblerinas o de los parques y por otro, conectarse, a través de su extravagante nombre con los que ostentaban los nuevos grupos que surgían de la psicodelia. Todo esto debió ser tenido en cuenta por Peter Blake al diseñar el formidable collage espacial que sirve de presentación visual del disco. En un espacio de 4,5 m., Blake dispone imágenes recortadas de tamaño natural, muñecos de cera, un estrado, densa vegetación, un arreglo floral que forma el nombre Beatles y un sinfín de objetos. 62 personajes de las letras, las artes, la política y la sociedad se dan cita como espectadores de la Banda del Sargento Pepper, incluidos los propios Beatles, bajo la forma de muñecos de cera que encarnan la imagen forjada en las fotos de Freeman. Los únicos seres vivientes son los propios Beatles trasvestidos como la Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Esta puesta en escena se montó en el estudio en Chelsea del fotógrafo Michael Cooper, a quien se debe la toma. Si bien la idea era mostrar a la banda al finalizar su concierto en el parque, junto con su público, la disposición que Blake le da al conjunto resulta funerario. Parece ser el entierro de los Beatles y los asistentes sus dolidos deudos. Y de hecho así fue. Enterraron con este disco la Beatlemanía y a aquellos Beatles, convertidos por la fama en muñecos de cera. 




El recurso del alter ego fue el apropiado para dejar atrás definitivamente la música y la imagen de su etapa anterior. Por ello, a pesar del tono funerario, la portada no es triste, sino, como se ha señalado, “una celebración de la cultura popular” (1) y, por cierto, un paradigma imitado y citado hasta el hartazgo en muchas portadas posteriores, de las cuales se destaca la satirización que aparece en el disco We’re In It Only for The Money, del inefable Frank Zappa. 




Para diciembre de 1967, a cambio de su disco para Navidad, los Beatles realizaron Magical Mystery Tour, una película para televisión que fuera emitida por la BBC. Había muerto Brian Epstein, su manager, y esta empresa fue acometida como creación colectiva de los cuatro, aunque con un marcado protagonismo de Mc Cartney, lo que anunció las tensiones que se vivirían en el futuro. Este fue el primer traspié del grupo. La película no fue bien recibida por el público y por la crítica. Su realización había sido desordenada y algo errática, aunque el resultado puede ser considerado como el origen de lo que hoy conocemos como video clip. La anécdota trata de una excursión como las que se realizaban entonces, a ver los fuegos de Blackpool, que generalmente terminaban en comilonas y embriaguez. En la propuesta Beatle el viaje se transforma en un Magical Mystery Tour y en un despliegue del muy británico non sense. La música se editó en formato disco en dos modalidades: como un doble EP (dos discos con tres temas cada uno) en Inglaterra y como LP con los 12 temas habituales en EEUU. En ambos, la portada utiliza la fotografía de John Kelly, con los cuatro músicos nuevamente trasvestidos, esta vez como cuatro animales. También incluye lo que sería el afianzamiento de la tendencia a utilizar tipografías especialmente creadas que se constituyen en logotipos. Asimismo, ambas ediciones poseen librillos interiores con fotogramas del filme y dibujos de Bob Gibson. Este disco volvió a contribuir a lo que se conoce como Histeria de Paul ha muerto, ya que quienes la desataron, encontraron en ella pistas de la supuesta muerte de Mc Cartney, como la morsa negra, símbolo nórdico de la muerte. Estas suposiciones alcanzarían a casi todas las carátulas posteriores y a varios temas. El tono general continúa el espíritu psicodélico imperante y revela que aún continuaban definiendo su rumbo. Los Beatles aparecen sucesivamente como animales, como magos, como viajeros del viaje mágico y misterioso, etc. Las canciones aparecen como música de los Beatles que acompañan las peripecias de los cuatro encarnando otros personajes. Es la única película del grupo en que no se representan a sí mismos.


Edición UK


Edición USA

1968 - 1969: LOS CAMINOS SE BIFURCAN

En 1968 los seguidores del grupo y el ambiente musical no tendrían ya los dos discos anuales habituales, sino que se llegaría a noviembre sin ninguna aparición. Entonces se presentó el doble álbum The Beatles, conocido como Álbum Blanco
Su edición implicó varias novedades: 

1) el formato doble, inusual para los Beatles, para cualquier grupo y para la industria, que tendría más dificultades para comercializarlo; 
2) el caudal creativo que lleva a que sea un muestrario de líneas musicales diferentes, desde Helter Skelter (primer tema de heavy rock) hasta Revolution 9 (collage sonoro de Lennon y Yoko Ono, emparentado con la música Fluxus), desde números de music hall, como Honey Pie, hasta baladas intimistas como Julia, pasando por el rock clásico, el blues fusionado, el pop y un largo etcétera; 
3) la dispersión personal e intelectual de los músicos, que aportan individualmente al grupo, ya que presentan los temas de cada uno acompañados por los otros tres; 
4) el abandono de toda traza de psicodelia y la introducción de un marcado experimentalismo; 
5) sería la primera producción independiente del grupo, a través de su propia empresa, Apple Records. 

La carátula no se queda atrás. La idea fue aportada por Richard Hamilton, el padre del pop inglés, quien indicó que el disco debía distinguirse por no tener ningún diseño y se le atribuye también la idea de que poseyera una numeración diferente en cada ejemplar, como si se tratara de una obra artística de edición limitada. El diseño corrió por cuenta de la empresa Gordon House. La tapa, absolutamente blanca, presentaba en relieve el nombre del grupo. 



Inicialmente iba a titularse A Doll’s House, pero finalmente se optó por dejar que su nombre fuera únicamente The Beatles. También se incluía un cartel, seis veces más grande que la funda habitual, con un collage fotográfico y las letras de los temas y cuatro fotografías individuales de los músicos tomadas por John Kelly. 


 Poster

 
Fotos


Edición completa


Si bien no fue advertido en su momento, la carátula anuncia y subraya que la historia del grupo ha tenido una inflexión: la Beatlemanía había pasado, se la había enterrado con un funeral psicodélico y ahora, el pasado se disipaba y aparecía un nuevo comienzo con la blancura total del inicio y con la resignificación del grupo manifestado en la simpleza del título. En esto también innovaron, al convertirse en el primer supergrupo. Ninguna fotografía en el álbum los muestra juntos. No se advirtió, pero era el anuncio de un final que se concretaría dos años después. 

La edición en 1969 de la banda sonora de la película animada Yellow Submarine fue bastante decepcionante. Solo una cara del LP tenía música de los Beatles y casi no había temas nuevos en ella. La otra cara era la música aportada por George Martin (productor y arreglador orquestal del grupo) para ciertos pasajes del filme. La carátula se basaba en los dibujos creados para la película por el checo Heinz Edelmann (el que diseñaría la mascota de la Expo Sevilla ’92, Curro). El disco fue editado a la sombra del éxito de la película y parecía un toque discordante con el Álbum Blanco, ya que volvía sobre los pasos de la psicodelia y el pop. Y si bien la película desplegó una gran creatividad en el espectáculo visual y una revolución en la animación de dibujos, la tapa del disco y su contenido musical – por lo repetitivo – distaron mucho del nivel esperado. En 1999 apareció una nueva edición que, en lugar de ser la banda sonora (soundtrack), fue la banda de canciones (songtrack) del filme.


Edición Soundtrack


Edición Songtrack


1969 – 1970: A TRAVÉS DEL UNIVERSO
 
Aparecido en 1969, Abbey Road es, en realidad, el último disco del grupo, registrado en estudios y con material nuevo. La grabación fue realizada bajo el concepto de dar final a esta asociación musical que tanto había rendido creativa y comercialmente. Desde el punto de vista musical muestra ya la diferencia de proyectos personales que empezaron a concretarse en 1970 con la salida de álbumes solistas de Mc Cartney y Lennon.  La carátula, a partir de fotografías de Iain Mc Millan, fue quizás tan paradigmática como la del Sgt. Pepper’sya que motivaría varias secuelas y alusiones en tapas de otros discos y músicos (entre ellos, el propio Mc Cartney en su Paul Is Live) y en manifestaciones no musicales (los Simpson cruzando Abbey Road, por ejemplo). La disposición en fila india de los cuatro músicos cruzando la calle con paso firme pero sereno da la idea de cortejo, lo cual imprime nuevamente un tono funerario. Esto fue advertido en su momento, pero únicamente para alimentar el mito de la muerte de Mc Cartney, quien, como el muerto en un entierro, es el único que va desclazo. El conjunto del concepto tiende hacia la idea de atravesar un último límite, de trascender a otro lugar, uno a uno. Se atraviesa Abbey Road, un símbolo que queda ligado a Apple Records y a los propios Beatles. Se están dejando atrás a sí mismos. El carácter definitivo de ícono que adquirió esta portada se renueva día a día: en la reciente presentación de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, realizada en Beijing, uno de los elementos presentes, como seña de identidad británica, es la cebra que atraviesan los Beatles en esta tapa. 




Paul Is Live 
[Referencia a Abbey Road y 
parodia simultánea de la Histeria de Paul ha muerto]


The Simpsons

Grabado con bastante anterioridad a Abbey Road, el disco Let It Be fue lanzado en 1970, cuando el grupo ya estaba disuelto, pero la separación aún era objeto de rumores. El clima de tensión en que fue grabado, puede apreciarse en el filme del mismo nombre, de Michael Lindsay – Hogg, con tomas hechas en el ambiente de los estudios de Twickenham primero, y en Abbey Road después. La idea del filme era documentar el proceso creativo del grupo, pero en realidad fue la crónica de la separación. Inicialmente, tanto el disco como el filme iban ser titulados Get Back, una alusión al retorno a los viejos tiempos, una vuelta a las raíces, como forma de revitalizar un grupo desgastado en sus relaciones. Tal es así que desempolvan algún viejo tema que había formado parte de sus tempranas presentaciones en vivo, pero que no había llegado a la placa grabada (One After 909). El propio Mc Cartney admitió años después que la publicidad “decía que el álbum iniciaba una nueva etapa de los Beatles y no había nada más lejos de la verdad. Aquel sería el último álbum de los Beatles, y eso lo sabía todo el mundo” (2) Quizás por ello, el título definitivo es Let It Be, una expresión que revela simultáneamente resignación y alivio. En el disco se incluye parte de lo que sería la última actuación en vivo y que en la película aparece íntegramente: el famoso concierto en la azotea de Apple Records, que alborotó a esa sorprendida zona de Londres. 




La portada también tuvo sus cambios. Cuando iba a llamarse Get Back, se iba a utilizar una fotografía de Road Mc Bean que reproducía la de Angus Mc Bean en las escaleras de EMI, pero con los Beatles de 1969. 


Cuando se cambió a Let It Be, se apeló a fotografías de John Kosh y a una predominancia del color negro rodeándolo todo. En lugar de la imagen del grupo volviendo a los orígenes, se ubicaron cuatro fotos separadas entre sí, remarcando la neta separación entre ellos. 




La fotografía de Road Mc Bean sería aprovechada, no obstante, para la tapa del segundo álbum recopilatorio, aparecido en 1973, The Beatles 1967 – 1970, conocido como Blue Album. El primero había sido The Beatles 1962 - 1966, conocido como Red Album y que ostentaba otra foto de Angus Mc Bean de la misma sesión de fotos para Please, Please Me en 1963. 






La aparición de muchas ediciones recopilatorias posteriores permite establecer también una relación entre sus tapas y el tipo de mirada retrospectiva que revelan, pero eso ya es contar otra historia.


(1) Dowlding, W.J., “The Beatles. Guía completa de canciones”, Celeste Ediciones, Madrid, 1995, p. 150.

(2) Citado en Dowlding, W.J., op. cit. p. 259.

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