Hoy venimos con algo diferente a los casos anteriores. No proviene de la creación cinematográfica o de las series televisivas. En realidad proviene de u enfoque o comentario de la realidad, dentro del cual la alusión a The Beatles ejemplifica perfectamente su papel referente a nivel cultural [en el sentido amplio, antropológico], a nivel vivencial y memorialista.
Nuestra fuente proviene de una ponencia que pudo haberse producido, pero que no pudo ser así, en el que quizás es el evento publicitario más importante a nivel de Uruguay, sobre todo en su aspecto de reflexión sobre los haceres en tal materia. Nos referimos a El Desachate, que en 2015 celebró su 26ª edición, organizado por el Círculo Uruguayo de la Publicidad.
El Desachate 2015 |
Como se define en la página del evento, se lo considera el "más importante del mercado publicitario uruguayo, llevado
adelante por el Círculo Uruguayo de la Publicidad. Dos días consecutivos
donde año a año, más de trescientas personas se juntan y logran crear
un clima de inspiración y motivación único. Conferencias, exposiciones,
mesas redondas, talleres, concursos de jóvenes creativos, premiaciones
al mejor desempeño local, además de la posibilidad de compartir la
vivencia persona a persona con todos los invitados internacionales son
algunas de sus fortalezas."
Los premios que otorga El Desachate, con un ícono publicitario como es la cabeza de Geniol. |
Uno de los expositores fue el reconocido publicista uruguayo Claudio Invernizzi quien llevó al evento dos posibles ponencias: una sobre la campaña electoral del actual Presidente de la República, Tabaré Vázquez, que Invernizzi condujo y otra sobre el olvido del pasado a nivel personal y cultural que la inmediatez de la tecnocracia produce contemporáneamente. Dio a elegir a los asistentes cuál de las dos conferencias brindar en la ocasión y la primera se llevó la preferencia.
Pero Invernizzi no desistió de comunicar su pensamiento acerca de un tema de la cultura contemporánea que tiene más persistencia que una campaña electoral quinquenal.
Por ello publicó la otra conferencia en un medio digital, Teo & La Máquina de Ideas, con el título La Brutal Historia de Jesús Rodríguez que no Puede Tener Nuevos Recuerdos.
Se basa en el hecho real del español Jesús Rodríguez, quien debido a un daño cerebral como secuela de una cirugía, perdió la capacidad de recordar lo inmediato y de acumular más recuerdos a largo plazo. Invernizzi traza un paralelo entre la situación forzosa del Sr. Rodrígues y la tendencia elegida de la sociedad actual de excesivo presentismo en desmedro de la memoria y la historia personal y de la imaginación del futuro. Su planteo cuestiona qué papel desempeñan las tecnologías disponibles y aceptadas en lo cotidiano en ese fenómeno y hasta dónde la publicidad también tiene un rol en ello.
Para evitar simplificar lo planteado por Invernizzi, remitimos aquí al texto de la conferencia publicado en la citada página web.
Lo que vamos a enmarcar de esa conferencia es el ejemplo en que tomó pie Invernizzi para hablar de la construcción de la memoria personal. El publicista pertenece a nuestra misma generación y aún lo recordamos de adolescente y joven en los veranos de Piriápolis, donde él era locatario y nosotros temporales visitantes. Y aunque no llegamos a trabar una relación fluida con él, sabíamos quién era ya que también teníamos amigos locales y, de un modo u otro, en la movida de aquel entonces todos sabíamos de los otros. Esto simplemente tiene el propósito de señalar que sabemos con exactitud a qué alude cuando ejemplifica del siguiente modo:
Somos la cantidad de memoria que tenemos.
Escuché “Drive my car” de los Beatles
frente a un toca disco Philips marrón que había en mi casa mientras
Mario Levrero (por aquel entonces, Jorge Varlotta) traducía la letra y
decía que aquello era pura poesía de rock and roll.
La vida se va estructurando en una acumulación de hechos que devienen en lo que somos. Acabo de citar un recuerdo que va de lo emocional a lo racional haciendo un recorrido de 40 años en milésimas de segundos.
Veamos: conocer a los Beatles me hizo
feliz. Asociado a ese hecho recuerdo la ansiedad que me provocó el día
que el toca disco marrón ubicado debajo de unos enormes libros, sucumbió
ante la caída de la biblioteca. Y sobre ese acontecimiento hoy
reflexiono y hago una consideración crítica para reconocer que el
tremendo escritor que termino siendo Levrero se equivocaba cuando
identificaba “nena, tu puedes manejar mi auto” con poesía. (Aunque para mi también, Varlotta, cualquier cosa que hayan escrito The Beatles siempre será poesía).
La memoria es un torbellino que recuerda y proyecta.
Que melancoliza y acciona. Que archiva y reflexiona. La memoria no
recula. Ataca. Y eso hace que esta exclusividad de la especie nos sume
exponencialmente. Nos haga mejores.
Bien, esa acción de la memoria es la que permite que algo se convierta en una referencia que es entendida de plano. Por algo el autor eligió esa memoria y no otra. Que es entendible en la generación a que pertenece[mos], es bien claro, pero también queda bien demostrado que la trasciende. Seguramente una gran parte del público asistente a El Desachate no pertenece a esa generación y sin embargo, no necesitan que le pongan una nota al pie de página para entender la alusión. Cierto es que no fue esa la conferencia dada ese día en el el evento publicitario y que el público eligió la otra [sin duda por la gran cercanía temporal del contenido]. La conferencia quedó inexpresada. Pero lo interesante es que su autor la pensó para el público que se esperaba y no puede suponerse que le haya pasado inadvertido el poder convocante y explicativo que el ejemplo seleccionado tenía. Pensémoslo bien, ¿cuántos cientos de temas pueden convertirse en ejemplo de lo que la memoria afectiva puede significar cuando llega al nivel de la racionalidad? No hace falta responder. Pero también ¿cuántos temas pueden atravesar las generaciones sin provocar ásperas polémicas o divergencias generacionales?
No somos dueños de la verdad, pero sentimos que entendemos el por qué de la presencia de ese ejemplo a propósito de un tema muy hondo y, de acuerdo al hecho real implicado, de ribetes muy emocionales.Seguramente Invernizzi apostó a ser entendido de la mejor manera posible por el mayor número de personas. En criollo, no hace falta ser cincuentón o sesentón para entender intelectual y emocionalmente lo que está diciendo con el ejemplo. Y paremos ya de ser redundantes.
Ya volveremos con otros casos y ejemplos
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