Multifacético, creativo, con gran ductilidad para moverse entre los géneros, siempre con algo inesperado, siempre con algo muy esperado, así se está desenvolviendo la trayectoria solista de Steven Wilson, sin duda la personalidad joven dominante de la escena prog británica. Además de llevar sobre sus espaldas la evolución de su proyecto más gravitante, Porcupine Tree, se ha movido entre lo electrónico, el hard rock, el sonido industrial, el crossover, el progresivo y la poética sonora en otros tantos side projects como No Man, Bass Communion, Blackfield, Storm Corrosion, I.E.M., etc.
Productor, compositor, intérprete, remasterizador, calificado como geek, estudioso de las posibilidades que cualquier dispositivo electrónico puede aportar a la música, pero refractario a la edición en CD, cultor del disco en vinilo y su gráfica, promotor de imágenes musicales que se transforman en imágenes visuales por obra y gracia de su 'traductor' a la foto y el video, como lo es Lasse Hoile, todo esto se resume en un Wilson que se vuelve sensible hacia temáticas muy personales e íntimas, a historias singulares y a paisajes sociales y urbanos muy contemporáneos que se debaten entre el valor del individuo y la despersonalización.
Aparece pues este cuarto álbum solista de Wilson [luego de Insurgentes, Grace For Drowning y The Raven That Refused To Sing (And Other Stories)] parándose en una historia real, la de Joyce Carol Vincent, una joven que permaneció muerta desde 2003 por tres años en su apartamento antes de que alguien se percatara de su ausencia. Wilson tomó inspiración del documental escrito y dirigido por Carol Morley [2011]. Sobre lo que Wilson comentó al respecto ya nos hemos extendido en un post anterior.
Para llevar adelante su narración sonora Wilson cuenta con el soporte de grandes músicos que lo acompañan hace ya algunos años: Adam Holzman en teclados, Guthrie Govan en guitarra, Nick Beggs en bajo y Marco Minnemann en batería. El sonido y la ejecución son insuperables, es un dream team que rodea a la estrella Wilson. Acompañan también en el line up, Theo Travis en saxo y flauta [ya lo hizo en la formación anterior] y Ninet Tayeb en voces.
Quien se aventure por las pistas de Hand. Cannot. Erase. hará un viaje sin brújula por diversos senderos musicales que se bifurcan, se atraviesan, confluyen y desembocan en grandes explanadas donde la variedad del paisaje sonoro hace que debamos buscar muchas veces para no irnos por un recodo y perdernos todo el resto, pero que nos hace ir y venir reiteradamente, con fruición, de un punto a otro. Quien quiera encontrar pequeños tributos a las bandas señeras del Prog, puede hacer la experiencia, va a tener mucho para encontrar.
A nuestro gusto - y a nuestro juicio y entender - una obra mayor de Wilson, otra más, pero donde Wilson se muestra en todo su dominio de la materia que maneja soberbiamente: la música, el sonido, la armonía, la tensión, la progresión, la poética sonora.
Nos ha bastado una sola audición para concluir lo anterior, así de convincente nos resultó este opus de Wilson. Tanto que no dudamos en señalar este álbum como uno de los mejores de 2015, diez meses antes de que termine el año. Y no es por pedantería, al contrario, nos rendimos ante la evidencia que nos brinda Wilson en otra proeza artístico - musical.
ABBEY ROAD dice:
5/5 YELLOW SUBMARINES
Hasta pronto, amigos de ABBEY ROAD
Nos encontramos con más novedades
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